Formado en Olimpia, desde la escuela de fútbol, Víctor, con 17 años emigró a Europa en el 2001, donde se mantuvo por más de diez años en el máximo nivel, hasta volver en el 2012 a Cerro Porteño, archirrival de su equipo formador, con el que conquistó dos títulos (torneo Clausura 2013 y torneo Apertura 2015), luego pasó por clubes como Nacional, Sol de América, Independiente de Campo Grande y Rubio Ñu.
Mareco se mostró orgulloso y feliz por poder jugar la mejor Serie A italiana de todos los tiempos, donde compartió equipo y enfrentó en partidos a jugadores de la talla de Roberto Baggio, Rivaldo, Ronaldinho, Hernán Crespo, Juan Sebastián Verón, Gabriel Batistuta, Pavel Nedved, Alessandro Del Piero, entre otros.
El Brescia fue el primer equipo de Mareco en Italia, en el que permaneció por casi una década y con el que está muy agradecido. “Ese club significa todo para mí, ahí crecí como jugador y como hombre, ahí fui papá, aprendí muchas cosas, estoy agradecido”, dijo. Aseguró que no descarta volver al Brescia en un futuro, ya sea como director técnico de inferiores o gerente deportivo.
Mareco instó a “los jóvenes que deben pelear por sus sueños” y resaltó la importancia del prestigio en el fútbol. “Hay que priorizar primero el prestigio, el jugar, el ganar y el dejar en alto el club, ahora se tiene en cuenta primero el dinero, te da igual ganar o perder, por eso ya no estamos peleando en ningún lado a nivel selección. Estamos lejos, lastimosamente”, apuntó.