07 ago. 2025

¿Va a querer factura? ¿Te resulta conocida la pregunta?

Recuerdo a los inspectores en tiempos de dictadura. Ninguno quería trabajar, solo miraban los libros para encontrar la mínima omisión y enseguida acercar un arreglo por un monto “menor” y rápido.

Sucede también hoy, solo que es una cuestión más privada. Nadie se jacta de “coimear” ahora porque está muy mal visto, pero la realidad es que esta práctica sigue tan campante en muchas empresas, instituciones, servicios profesionales y el gran negocio del contrabando.

Tenemos hoy la impresión de que hay más transparencia, que es cool pagar todos los impuestos, ser honestos y cumplidores con el fisco, pero la realidad es que los análisis más serios dicen que tenemos todavía una evasión lamentable del 40%. ¡CUARENTA POR CIENTO!*

¡En Canadá 45% de los ingresos son aplicados a los impuestos! En Paraguay se paga el 10% de IVA, 10% de IRP y aún muchos subfacturan, esconden ingresos, venden en negro y posiblemente es gente que critica la inversión en educación, salud e infraestructura.

Algunos dicen: ¿Para qué voy a pagar, si va a parar al bolsillo de los políticos? Y en parte tienen razón. ¡Cuántas noticias de malversación, cuántos “desvíos“, empresas fantasmas! Esto desalienta y genera rebeldía, pero… si cada uno pusiera su granito de arena tanto para denunciar (hoy tenemos muchas maneras de hacerlo, a través de las mismas instituciones recaudadoras e incluso por las redes) como para cumplir con sus obligaciones legales estaremos dando un paso significativo hacia un país transparente y desarrollado.

Reconocer también a muchos empresarios y profesionales que cumplen con todas las exigencias, acercan las facturas sin preguntar, tienen documentos legales, una contabilidad transparente, un sistema informático instalado que les facilita y que además les otorga la ventaja de un mayor control del negocio.

A menudo veo a una señora revisando la basura de un supermercado buscando algo que llevar para comer a su casa. Hay niños durmiendo en la calle en pleno día, adormecidos con la droga con la que olvidan su miseria. Nuestros indígenas piden limosna en las calles. Los números de la pobreza se mantienen casi invariables. Dicen que el país crece, pero la pobreza se mantiene con números alarmantes.

Por eso cuando escucho esa pregunta siento rebeldía, rabia y tristeza, porque detrás de ella expresada casi con dulzura se esconden años de robo y de enriquecimiento ilícito, que debería haberse usado para el crecimiento y desarrollo social del país.

Si no hacemos la cirugía en todos los negocios, estamentos, instituciones públicas y privadas, profesiones y oficios, hacia la transparencia y el pago total de las obligaciones legales, y si cada uno no forma parte de esta virtuosa cadena, la corrupción y la pobreza seguirán tan campantes.

* Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).