El nivel de ejecución, considerando el máximo de endeudamiento autorizado en la Ley de Emergencia (USD 1.600 millones), representa el 57,8%.
Según se desprende del reporte oficial, los gastos rígidos se llevaron el 36,6% del monto ejecutado, lo que equivale a USD 339 millones. En ese sentido, se detalla que los salarios consumieron USD 159 millones, la amortización de la deuda vieja USD 77 millones, pensiones para adultos mayores y Tekoporã USD 63 millones y, finalmente, USD 40 millones en jubilaciones.
El documento menciona que, del total, solo USD 99 millones se destinaron a gastos operativos de Salud.
Subvenciones. Los subsidios ejecutados en el marco de la crisis alcanzaron los USD 400 millones.
De ese monto, USD 300 millones ya fueron transferidos a Hacienda para el programa Pytyvõ, que consiste en una asistencia a trabajadores informales y cuentapropistas. Los restantes USD 100 millones fueron al IPS para la subvención a empleados formales que fueron cesados o suspendidos.
Finalmente, otros USD 26 millones fueron destinados al plan Ñangareko para la ayuda a familias de escasos de recursos.