13 jun. 2025

Una vida abierta en la lucha por llegar a la cima del poder

El nuevo presidente del Supremo, Joaquim Barbosa, tiene una biografía de lucha: nació el 7 de octubre de 1954 en la pobreza, en un pueblo del interior de Minas Gerais, en una familia de ocho hijos.

Con 16 años viajó a Brasilia donde para pagarse los estudios trabajó de limpiador en los tribunales y en una imprenta de noche, y consiguió formarse en las mejores universidades tradicionalmente reservadas a los ricos.

Hoy es doctor en derecho público por la Sorbonne, donde obtuvo tres diplomas de posgraduación, y habla francés, inglés, italiano y alemán.

“Era de una familia pobre, luché y lo conseguí, pero sé que otros en las mismas condiciones, con la misma voluntad, no lo consiguieron, pues el sistema educacional crea mecanismos poderosos de exclusión de negros”, ha dicho. Barbosa fue nombrado juez de la Corte Suprema en 2003 por el entonces flamante presidente Lula, un exobrero metalúrgico también de origen humilde.

En el país con la segunda mayor población negra del mundo después de Nigeria, Barbosa denuncia a menudo el racismo y la desigualdad.

Las redes sociales lo transformaron en un superhéroe de cómic contra la corrupción, con su inconfundible toga de magistrado, e impulsaron la propuesta “Joaquim Barbosa 2014", en referencia a las presidenciales convocadas para dentro de dos años.

“Es como un Batman, un justiciero”, lo describió la fabricante de máscaras y disfraces, Olga Gibert, quien ya anticipa que Barbosa será estrella del carnaval de Río de Janeiro, para el que está produciendo miles de máscaras con su rostro. AFP