18 abr. 2024

Una sentencia que revaloriza el sistema de protección de DDHH

La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos conocida ayer, en la que se rechaza la demanda contra el Estado paraguayo en el caso Juan Arrom-Anuncio Martí por supuesta tortura, constituye una importante revalorización del sistema internacional de defensa y protección de los derechos humanos, del cual nuestro país forma parte. A pesar de que importantes referentes políticos, quienes daban por hecho que el Estado sería condenado en este caso, planteaban que el Paraguay se autoexcluya del sistema, ha sido importante mantenerse en él y presentar una defensa sólida en este caso, logrando que como pocas veces la CIDH falle a favor de un Estado y no de los demandantes.

En contra de los pronósticos de muchos dirigentes políticos, quienes asumían que el Paraguay sería condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la demanda presentada por los ex dirigentes del Partido Patria Libre y actualmente prófugos de la Justicia, asilados en el Brasil, Juan Arrom y Anuncio Martí, por un caso de supuesta tortura en manos de policías en el año 2002, ayer se conoció finalmente la sentencia del organismo internacional, en la que se declara que el Estado no es responsable de los cargos de los que se le acusa.

En su histórico fallo, la CIDH considera que “los indicios presentados eran insuficientes para concluir que los señores Juan Arrom y Anuncio Martí fueron privados de su libertad por agentes estatales” y por tanto considera que el Estado paraguayo no es responsable de haber violado varios artículos de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, ni de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, por tanto no debe pagar las millonarias reparaciones solicitadas, además de las costas y los gastos que exigían los demandantes.

El resultado del juicio internacional implica una victoria política para el actual Gobierno y para todo el sistema de Justicia, que ha debido hacerse cargo de un caso de mucha gravedad que anteriores gobiernos no habían atendido debidamente, pero principalmente el fallo trae una sensación de alivio para gran parte de la ciudadanía, ya que no se deberá pagar los 123 millones de dólares en concepto de “indemnización” que los demandantes solicitaron por las supuestas torturas que sufrieron.

La sentencia de la CIDH constituye una importante revalorización del sistema internacional de defensa y protección de los derechos humanos, del cual nuestro país forma parte, principalmente desde el retorno a la democracia tras la caída de la dictadura stronista, cuando el entonces gobierno de Andrés Rodríguez sancionó, en julio de 1989, la Ley N° 1, en la que se aprobó y ratificó la Convención Americana sobre Derechos Humanos, más conocida como el Pacto de San José de Costa Rica, que permitió incorporar al Paraguay en el sistema internacional, bajo la esfera de organismos como la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El Estado paraguayo ya ha sido condenado en estas instancias por varios casos de violaciones de derechos humanos, principalmente por no amparar el derecho de comunidades indígenas a preservar sus territorios, como por casos de muertes de jóvenes en las cárceles.

En este caso, a pesar de que algunos parlamentarios y líderes políticos planteaban que el Paraguay se autoexcluya del sistema, ha sido importante mantenerse y presentar una defensa sólida, logrando finalmente que, como pocas veces, la CIDH falle a favor de un Estado y no de los demandantes.

Lo ocurrido debe llevar a asumir con más seriedad la importancia de respetar y proteger los derechos humanos. Hay otros casos de presuntas violaciones por los que el Paraguay todavía deberá responder ante la CIDH y no existen garantías de que se logre el mismo resultado.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.