Una interna que definirá el perfil de la ANR

Estela Ruiz Díaz @Estelaruizdiaz

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Las candidaturas para las primarias coloradas están prácticamente definidas.

Hace una semana se presentó oficialmente la dupla cartista Santi Peña/Luis Gneiting en un ritual clásico colorado, pero con la impronta del presidente Horacio Cartes.

El jueves Mario Abdo Benítez confirmó como dupla al diputado ex cartista Hugo Velázquez en un acto más discreto.

Tras la definición de Peña como candidato de Horacio Cartes, se dio una diáspora en el oficialismo provocando la salida del vicepresidente Juan Afara y del presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Velázquez.

Mario Abdo se surtió de esa crisis para conformar dupla y esperaba tenerlo en sus filas a Afara, pero un desacuerdo de último momento le sacó brillo a la presentación de la dupla disidente, que pintaba como un gran frente amplio contra el cartismo, que incluye al ex presidente Nicanor Duarte Frutos, quien tampoco participó.

COMPÁS DE ESPERA. El vicepresidente causó impacto tras romper con el cartismo, pero la realidad política le viene jugando una mala pasada. Pretendió convertirse en el candidato presidencial opositor, pero ese lugar ya estaba ocupado por Marito Abdo, cuya carrera empezó hace tres años e incluso tiene en su historial haber competido electoralmente con un delfín de Cartes. Fue en la pugna por la presidencia de la ANR, y aunque perdió, dio buena pelea y puede mostrar 400.000 colorados a su favor como carta de presentación.

Evidentemente ha bajado el capital político-electoral de Afara. En el cartismo consideran que su salida no impacta en la fidelidad del electorado y en Colorado Añetete aparentemente piensan lo mismo. El vicepresidente se sintió dolido porque fue invitado tardíamente al acto de lanzamiento de la dupla, y además porque tenía la lejana esperanza de que el candidato de la disidencia surja de un sondeo. “Ya salió del cartismo por manoseo, y tampoco va aceptar manoseo de otros”, confió un legislador cercando al vicepresidente.

Afara es prisionero de los diputados que lo apoyan y que no tienen cabida en el cartismo ni en el movimiento de Mario Abdo. Se sabe que solo una candidatura presidencial arrastra la lista parlamentaria, especialmente la del Senado, que es nacional. Por tanto, para las aspiraciones electorales de este sector, es clave mantener a Afara como candidato presidencial.

Por ahora, al decir del extinto Blas N. Riquelme, el vicepresidente sigue con su proyecto presidencial, que a estas alturas suena a quimera: tiene como adversarios a Peña, con toda la estructura del poder, y a Mario Abdo, cuya virtud es haber retado el poder de Cartes hace tiempo y por tanto le pertenece la bandera de la disidencia.

Afara lo es desde hace apenas dos meses, cuando se dio cuenta que no figuraba en los planes. Por ahora, espera porque como viejo zorro de la política, sabe que no todas las cartas están echadas. Una de ellas es la confección de listas en el cartismo. Los descontentos buscarán su cobijo.

EL DISCURSO. La definición de candidaturas también revela el discurso de campaña.

Peña, en su sobreactuado coloradismo, basa el suyo en los logros de Cartes, “el modelo”. Esto es, en boca del propio candidato, la estabilidad macroeconómica, por lo que Paraguay es la “economía que más ha crecido en América Latina y el Caribe”, la “construcción de políticas públicas a largo plazo”, las becas Carlos Antonio López, el crecimiento del subsidio y las viviendas sociales, la transparencia.

Marito, cimentado en la tradición y en la militancia partidarias, tiene de su lado la rebeldía, de la autonomía, porque estando con Cartes se alejó de él por su poder avasallador. Para contrarrestar el discurso cartista, la dupla se presentó como la que defiende la “decencia y la democracia”, en alusión al supuesto sometimiento en metálico del bloque cartista y el triunfo sobre la ruptura constitucional de la reelección que planteaba el presidente.

El desafío de la disidencia es mostrar que Santi es Cartes, su “títere”, lo cual no es fácil porque el ex ministro de Hacienda tiene un buen relato económico y dio muestras de aprendizaje acelerado en materia política.

Si bien en la ANR el discurso de la tradición y la militancia son importantes, atacar solamente ese aspecto del perfil de Peña puede sonar remanido y arcaico en el siglo XXI. Otro desafío es contrarrestar el modelo económico. “Eso vamos a desnudar en la campaña”, prometen.

Afara también enarbola la bandera de la autenticidad republicana para contrarrestar al outsider liberal digitado por el presidente, muy similar al de Marito.

La interna presidencial que catapultó a Cartes en el 2012 movilizó a un millón de colorados. En ese entonces, le dio una paliza electoral a Javier Zacarías Irún por 233.741 votos.

El padrón colorado hoy supera los 2.300.000 votos, con fuerte componente juvenil.

La carrera será sin dudas entre Peña y Mario Abdo.

Y más que nunca la puja definirá el perfil de la ANR.

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