Los Oscar de la pandemia, que se retrasaron dos meses para tratar de esquivar el coronavirus, llegan tras una temporada de premios con aciertos puntuales, como los íntimos y emotivos Grammy, y bastantes ideas desafortunadas, como el empacho de Zoom de los Globos de Oro.
La gran fiesta del cine se propone celebrar una ceremonia lo más presencial posible y para ello cambiará su centro de operaciones del Dolby Theatre a la estación de trenes Union Station. Soderbergh, Sher y Collins comparecieron desde allí donde se veía un espacio amplio y al aire libre todavía en construcción, con algunos arreglos florales y con una decoración de estatuillas al fondo.
Sin sorpresas, las primeras cuestiones giraron en torno a cómo se ajustarán estos Oscar a las medidas para evitar los contagios. “Lo primero que nos preguntamos es si podríamos hacer esto de manera segura para los asistentes y que sea algo que no nos recuerde todo el dolor y el distanciamiento que tantos millones de personas”, apuntó Soderbergh.