El de la víspera es el rocambolesco último episodio hasta la fecha de la profunda crisis política que atraviesa el país desde que Yoon decidió declarar por sorpresa la ley marcial hace 43 días, acusando a la oposición, que cuenta con mayoría parlamentaria, de actuar como “fuerzas pronorcoreanas”.
HECHO HISTÓRICO. La detención de Yoon es la primera en la historia del país a un presidente en el cargo, aunque el mandatario conservador quedó inhabilitado el pasado 14 de diciembre por el Parlamento nacional, cuando salió adelante la moción puesta en marcha por la oposición.
El operativo para tratar de detener a Yoon comenzó a prepararse a las 03:20 de la madrugada local y, antes del amanecer en Seúl, unos 3.200 efectivos de la policía y decenas de oficiales de la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO) y otros organismos fueron desplegados en la residencia presidencial.
Semejante despliegue iba destinado a lidiar con el Servicio de Seguridad Presidencial (PSS), un cuerpo independiente que responde directamente ante el mandatario, y que ya había logrado bloquear un intento previo de arresto el pasado día 3 en otro tenso encaramiento con las autoridades que también duró varias horas.
A las 05:10, oficiales de la Policía y la Fiscalía del Estado presentaron ante el servicio de seguridad presidencial que protege el recinto la orden de arresto para el mandatario emitida por un tribunal.
Durante las dos horas siguientes, se vivieron los momentos de mayor caos cuando varios intentos de penetrar en el recinto presidencial fueron bloqueados por barricadas de vehículos y alambre de espino, todo ello mientras se intensificaban las protestas de partidarios del presidente en los alrededores del recinto ubicado en Yongsan, en el centro de Seúl.
Pasadas las 07:00 de la mañana, la Policía consiguió entrar en el recinto empleando escaleras portátiles.
Yoon fue finalmente detenido a las 10:33 después de que su equipo legal anunciara que accedía a comparecer ante la oficina anticorrupción.
Ya bajo custodia de las autoridades, Yoon se negó a declarar.
La oficina anticorrupción tiene 48 horas para interrogar a Yoon y puede solicitar una orden para prolongar la detención. Yoon es investigado por un supuesto delito de insurrección. En caso de ser declarado culpable de insurrección, el líder conservador, al que se ha prohibido salir del país, podría afrontar una cadena perpetua.