Al menos tres problemas están contribuyendo a que la gente dude o rechace la vacuna anti-Covid, según la encuesta de la prestigiosa reviste de The Lancet, que ubica a Paraguay entre 5 de 32 países con el menor número de personas que probablemente se vacunarían.
El informe Desafíos para garantizar el acceso global a las vacunas indica que el 49% de la población paraguaya -casi la mitad- no quiere recibir la vacuna para inmunizarse contra el nuevo coronavirus. Le siguen Líbano y Francia con el 56%; Croacia, 59% y, por último, Serbia, con 62%.
En primer lugar, los encuestados manifestaron sus dudas por la velocidad a la que se han desarrollado las vacunas, que refleja la cantidad sin precedentes de fondos de gobiernos y grupos sin fines de lucro, generando preocupaciones de que los ensayos se apresuraron y el relajamiento de las normas regulatorias.
En segundo lugar, las dudas sobre un nuevo enfoque para desarrollar los inmunizantes, pues no existen vacunas de ARNm aprobadas previamente.
Por último, en el tercer lugar se sitúan las teorías de conspiración sobre las vacunas Covid-19 que están circulando ampliamente en plataformas de redes sociales no reguladas y ‘‘a veces administradas por grupos antivacunas altamente organizados’’, según el documento.
El Dr. José Fusillo, neumólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente. (Ineram), comentó que hasta el momento de las más de 22 millones de personas vacunadas en el mundo solo se han reportado 84 efectos colaterales, es decir, menos de una reacción adversa leve por millón de vacunados. Los supuestos efectos daños graves que causan las vacunas se comparten mucho por redes sociales.
Para alcanzar las inmunidades colectivas, de rebaño, se necesita llegar al 60% de personas inmunizadas, ya sea naturalmente por la enfermedad, por lo que preocupa que una gran parte de la población haya manifestado que no quiere aplicarse el biológico.
Resistencia prevalece en todos los sectores
Según el informe , la indecisión o rechazo prevalece tanto en los países de ingresos bajos como en los de ingresos altos, y los escépticos se encuentran en todos los grupos socioeconómicos, religiosos y étnicos.
El estudio señala que la confianza del público en las vacunas Covid-19 y en quienes las administran para garantizar su aceptación es tan importante como la seguridad, la eficacia y la asequibilidad de las mismas y proponen una serie de estrategias (Ver infografía).
‘‘Los responsables de la formulación de políticas deben comprometerse urgentemente con las comunidades para mejorar la confianza en las vacunas y combatir la información errónea y los rumores sobre Covid-19’’, resalta el documento publicado la semana pasada por The Lancet.