Por este motivo, el Gobierno se enfrenta al desafío de generar políticas que garanticen el crecimiento económico de largo plazo y retornar a la senda de orden fiscal, a fin de evitar una reducción de la calificación de riesgo soberano que S&P contempla como escenario negativo.
“De no lograr estabilizar las finanzas públicas tras el deterioro esperado en 2020 se podría incrementar significativamente la deuda neta del gobierno general, lo que llevaría a una baja de calificación”, sostiene la firma, en la actualización del análisis del perfil económico y financiero del país, correspondiente a mayo de 2020.
“Una recuperación económica en 2021 y un crecimiento sostenido en adelante, además del compromiso del Gobierno con la consolidación fiscal, deberían estabilizar el deterioro del perfil externo de Paraguay y la carga de deuda del Gobierno”, agrega.
Por el momento, S&P mantiene la nota de riesgo soberano de Paraguay de BB de largo plazo, y B de corto plazo, con perspectiva estable. De esta manera, el país continúa entre las economías de grado especulativo, a dos escalones del grado de inversión. La nota de riesgo es importante para conseguir mejores condiciones de financiamiento: A mejor calificación, menores tasas de interés para la captación de recursos.
S&P espera que el producto interno bruto (PIB) se contraiga en 2,5% en 2020, como consecuencia de la situación de emergencia sanitaria y el freno a la actividad derivado de las medidas de la contención de la enfermedad. Para el 2021, considera que habrá una recuperación de 4,5%.
En el terreno fiscal, estima un déficit (más gastos que ingresos en las arcas del Estado) que representará este año el 6% del PIB, el doble del 3% con que cerró el 2019, pero también superior a los niveles de 3,2% y 2% pronosticados para 2021 y 2022. Prevé que en el 2023 se retorne al 1,5% previsto como tope regular en la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF).
La deuda del país, por su parte, trepará a 29,7% del PIB en el presente ejercicio anual, para seguir subiendo a 31,2% y 31,6% en 2021 y 2022, y finalmente bajar a 31,4% en el 2023, según las proyecciones de S&P.
Persiste nivel de corrupción
Además de los embates económicos que rodean a la explosión del Covid-19, las chances de Paraguay de lograr una mejor nota de riesgo siguen estando limitadas por las debilidades en la formulación e implementación de políticas, según S&P.
“La capacidad institucional limitada continúa restringiendo el desarrollo económico y humano de Paraguay. Por ejemplo, la percepción de corrupción se mantiene relativamente elevada y refleja el débil tejido institucional del país”, según señala S&P en su análisis.