El Auriazul arrancó bien el encuentro. Dominador, punzante, definiendo bien las acciones entre los volantes y la línea de ataque. Fue así que en los primeros minutos tuvo chances para llegar a la apertura. La figura de Rubén Escobar en la portería fue vital para mantener en cero la valla azul. De a poco el Danzarín fue encontrando espacios por los laterales con el Pitu Velázquez e Iván Cazal que con sus proyecciones obligaban el retroceso del Chanchón.
Ya en tiempo compensatorio, a los 46, Luqueño tendría un tiro de esquina que no supo aprovechar, pero Sol sí. Tras el rechazo Cazal emprendió una galopada por la línea, eludiendo marcas y ensayó una habilitación precisa a Mascariña Franco; este, ante la salida de Campisi, lo descolocó para decretar el tanto solense.
En la complementaria, el Danzarín, sin necesidad proponer, esperó y de contra golpeó con dos tantos (a los 55 y 71) del delantero César Villagra, festejo que dedicó al cielo.