Como se recompuso el stock de Estados Unidos y hubo una buena campaña sojera en Sudamérica, los precios bajaron, pero a su vez atenuó esta tendencia la suba del petróleo.
Estos valores influyen en el comportamiento del productor, que tiene como referencia el precio que recibió en la campaña anterior. Al respecto, el director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), Hugo Pastore, explicó que las ventas anticipadas registradas son inferiores a la temporada anterior, pues los agricultores “son optimistas por naturaleza” y esperan a que las condiciones de mercado mejoren.
“Nosotros estimamos que ahora debe estar comercializada entre el 30% y el 35% de una perspectiva de zafra cercana a las diez millones de toneladas, estimó el representante del gremio.
Aunque el precio sigue siendo bueno, ya que los productores recibirían alrededor de USD 410 por tonelada, descontando los USD 40 aproximadamente por gastos de logística, el costo de producción también subió este año y los márgenes de ganancia se reducen. “El precio es una medida importante, pero no termina de contar toda la historia, porque finalmente, como los costos son más altos, habrá que ver el resultado final”, advirtió Pastore.
La prudencia de los agricultores responde además a la incertidumbre que persiste sobre la producción, teniendo en cuenta las perspectivas climáticas que apuntan a un déficit de lluvias, especialmente en diciembre. En ese sentido, los sojeros evitan comprometer una carga, cuya disponibilidad no está asegurada, ya que las multas por no cumplir contratos son elevadas.
Aunque las perspectivas climáticas advierten sobre un déficit de humedad a fin de año y en enero del 2022, las proyecciones de alcanzar un mínimo de diez millones de toneladas se mantienen. Además, gran cantidad de superficie pudo sembrarse en setiembre, cultivos que podrían tener los mejores rendimientos de la campaña.
Si bien son buenos los precios a futuro de la soja, los agricultores toman cautela a la hora de fijar contratos, ya que los costos de producción subieron y hay incertidumbre sobre el rendimiento.