El hombre, oriundo de Carapeguá, admitió que se quedó sorprendido cuando dieron 15 años de prisión a tres de los imputados por la muerte de su hijo.
Admitió que esperaba que fueran condenados a 25 años o a cadena perpetua como los otros cinco.
Cuando le consultaron sobre el desmayo de Máximo Thomsen, uno de los principales señalados, Silvino fue irónico. “Tardó un poco en desmayarse” señaló al salir de la sala de juicio, ante el asedio de los medios y de miles de personas que se congregaron para darles apoyo.
El padre de Fernando confió en que este fallo pueda dar un poco de tranquilidad a él y a su esposa para seguir luchando sin la presencia de su hijo.
Por su parte, Graciela Sosa, antes de que se lea la sentencia, también habló con los medios. “Justicia para mí es que les den perpetua a todos los asesinos”, dijo, mientras iba acompañada de personal de seguridad que la tomaba de la mano para ir hasta la sala de audiencias.
Los padres de Fernando estuvieron acompañados de sus familiares más cercanos, entre ellos Inocencio Sosa y su esposa Gladys que son los padrinos del joven fallecido.
Por su parte, Celia Cañete, del consulado paraguayo en Buenos Aires, también estuvo en el sitio dando contención a la familia Báez Sosa.
La funcionaria opinó sobre la sentencia, señalando que se hizo un poco de justicia, pero que ya no habrá la posibilidad que a los padres le devuelvan a su hijo fallecido.
Graciela y Silvino seguirán en Argentina mientras dure el proceso, afirmó la funcionaria.