El pedido surgió del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), debido a la imposibilidad de contar con todas las máquinas electorales a raíz del incendio que arrasó con uno de los depósitos en setiembre pasado.
Durante el estudio del proyecto en cuestión, el presidente de la Comisión de Legislación, senador Hugo Richer, se encargó de leer el dictamen a favor del proyecto, manifestando que introdujeron una modificación de forma al acápite del documento.
De esa manera, en vez de “suspender” transitoriamente la vigencia del artículo 218 de la 834/96, Código Electoral, se optó por la frase modificar temporalmente.
En el texto, quedó establecido que “a las 19:00 horas, el presidente declarará cerrada la votación. Si estuvieren presentes en la fila electores que no hubiesen votado todavía, el presidente admitirá que lo hagan y no permitirá que voten otros que vayan llegando después”.
El artículo 2° establece que la presente ley tendrá vigencia en las elecciones internas simultáneas de las organizaciones políticas, a realizarse el 18 de diciembre.
Al respecto, el senador Stephan Rasmussen manifestó que el pedido radica estrictamente en el pedido del TSJE referente a la organización de los comicios. Explicó que tras las internas, el horario vuelve a ser el establecido en la ley original.
“El cambio en el acápite del proyecto es oportuno porque se entiende que al modificarse temporalmente, al entrar en vigencia la interna del 18 de diciembre para las siguientes elecciones queda nuevamente vigente el artículo 218 de la Ley 834/96”.
“Es lamentable llegar a esto y entendemos que es la única viable para hacer frente a la situación después de la quema de muchas máquinas. No obstante, quiero que quede constancia de mi observación, porque esto agrega vulnerabilidad al proceso y los pescadores en río revuelto, así como los acostumbrados en modificar resultados en las mesas, van a tener mucho más chance con un equipo sentado en la mesa desde las cinco de la mañana hasta las 19:00, donde allí tiene que empezar el escrutinio. Reitero. Es lamentable la situación y es un riesgo para defender la voluntad popular, más todavía entendiendo que con las máquinas, un altísimo porcentaje de la población va a pedir asistencia, lo que agrega indicios de vulnerabilidad”, lamentó Blanca Ovelar.
QUEMA. En setiembre se habían incendiado 7.000 máquinas de votación, lo que obligó a replantear la organización de los comicios.