El gobierno del demócrata Joe Biden ha dicho que, de no llegarse a un acuerdo, Estados Unidos no podrá cumplir con sus obligaciones a partir del 1 de junio, lo que por primera vez en la historia pondría al país en una situación de default.
“Simplemente es inaceptable que el Congreso amenace con una calamidad económica para los hogares estadounidenses y el sistema financiero mundial como el costo de elevar el techo de la deuda”, declaró Yellen a la cadena ABC.
El techo de la deuda pública de Estados Unidos solamente puede aumentarse mediante la aprobación de una legislación del Congreso promulgada por el presidente.
La Cámara de Representantes liderada por los republicanos votó a fines de abril subir el límite de endeudamiento, pero solo con recortes drásticos para controlar lo que ese partido considera un gasto excesivo.
Pero el texto no tiene posibilidades de ser adoptado tal como está en el Senado, de mayoría demócrata.
Hasta ahora, Biden se ha negado a negociar posibles concesiones bajo la presión de alejar el espectro de un default, señalando que el techo de la deuda se ha elevado de forma rutinaria decenas de veces, incluso bajo el ex presidente republicano Donald Trump.
CARA A CARA. Sin embargo, invitó a los cuatro líderes de los dos principales partidos en el Congreso a la Casa Blanca el martes para discutir el asunto.
El presidente estadounidense se reunirá con su principal adversario en este tema, el jefe de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, así como con Mitch McConnell, líder de la minoría conservadora en el Senado.
En juego: la reputación financiera de Estados Unidos y también mucho prestigio político.
El demócrata de 80 años sabe que la forma en la que gestione esta crisis pesará sobre su campaña de reelección en ciernes.
Biden reiteró el viernes su mantra sobre este delicado asunto del endeudamiento, al señalar que los republicanos toman de “rehén” la economía al condicionar el aumento del límite de endeudamiento del país, o su suspensión, a recortes “draconianos” del gasto público.
“Sé que él (Biden) quiere establecer un proceso en el que se discutan las prioridades y los niveles de gasto”, dijo Yellen, “pero estas negociaciones no deberían llevarse a cabo con un arma apuntando a la cabeza del pueblo estadounidense”.
ENMIENDA 14. Yellen eludió las preguntas sobre la posibilidad de que Biden autorice unilateralmente más préstamos invocando la Enmienda 14 a la Constitución, que establece que “la validez de la deuda pública de Estados Unidos (...) no debe ser cuestionada”. “No deberíamos llegar al punto de cuestionar si el presidente puede o no emitir deuda”, dijo. “Sería una crisis constitucional”.
Los asesores económicos del jefe de Estado creen que si la primera potencia mundial dejara de cumplir sus plazos financieros a largo plazo, podría perder más de ocho millones de puestos de trabajo este verano y ver su PIB desplomarse un 6%.
Desde que Estados Unidos alcanzó su límite de endeudamiento de 31,4 billones de dólares en enero, el Tesoro ha tomado medidas extraordinarias para continuar financiando el Gobierno Federal. Pero como ya advirtió Yellen el lunes pasado, esas medidas pronto se agotarán.
31,4
billones de dólares es el techo de la deuda de Estados Unidos, tope que se alcanzó en enero de este año.