En la preliminar, la abogada María Isabel Candia, defensora de Merardo Palacios, denunció que no se presentaron varias pruebas, por lo que, al no estar en el expediente, “no estaban en el mundo”.
Ante esto, el juez Amarilla consultó a la actuaria Celia Salinas, quien informó que en la misma acusación señalaba que las pruebas estaban en el casillero de la Fiscalía y que nunca las trajeron al Juzgado.
El magistrado inquirió al fiscal Centurión y el agente reconoció que las únicas evidencias que existían eran las que tenía el Juzgado, que en lo relativo a las gavetas correspondían al entonces fiscal Amílcar Ayala Bonzi.
En el caso, los policías Merardo Palacios, Osvaldo Vera, y el fallecido Basilio Pavón fueron imputados el 11 de junio del 2001, porque no se podía probar que Bower estuvo en la Marina. Sin embargo, un militar llevó el libro de novedades al diario ABC, que luego entregó bajo acta al fiscal. En el cuaderno aparecía que Bower estuvo en el lugar, como los policías. Luego de esto, el 8 de agosto del 2001, imputaron a Bower por torturas, ante el entonces juez de la causa, Gustavo Gorostiaga.