Cerro Porteño, de visita, quebró la fortaleza de La Guaira (1-0) para retomar la senda del triunfo y encaminar su andar rumbo a los octavos de final de la Libertadores.
La alegría es doble, porque la victoria significa dejar atrás tragos amargos en ambos frentes y dejar desangrando a un rival directo, que hasta ayer se había mostrado imbatible en la competencia.
El Azulgrana trabajó bien de arranque, apostando a ejercer presión en campo rival, sin dejar acomodarse al local. La doble presencia en ofensiva dio mayor dinamismo al argumento que presentó el Ciclón, generando chances interesantes.
La velocidad de Goncalves marcó la diferencia, apoyado en la sociedad entre Boselli y Morales, los encargados de sacar de zona de confort a la poblada línea defensiva del Naranja. La apuesta tuvo su recompensa con un penal, que llegó luego de 26 partidos, pero en el plano internacional y sin VAR. Aquino lo hizo efectivo para cambiar los roles del juego.
Porque en el resto del partido La Guaira estuvo obligado a buscar más. Asumió el protagonismo, pero no tuvo la claridad necesaria para generar algo más que el control, sin muchas ideas y resoluciones.
El Azulgrana se acomoda en situación de privilegio, ya que tendrá dos juegos en casa para sellar el pase a la siguiente etapa.
- La figura
- Mauro Boselli
- Despliegue y mucha entrega en ofensiva. Hizo uso de la experiencia para recibir la falta que desembocó en el penal.
Venezuela, la tierra de más victorias
Cerro Porteño alcanzó ayer su victoria número 115 en Libertadores. El triunfo sobre la Guaira significó el festejo número 29 en el exterior, y en Venezuela fue el séptimo triunfo, país en donde más ganó jugando de visita. El plantel del Ciclón regresa por la tarde y vuelve a concentrar apuntando al juego ante River (domingo 16).