Rebeca González Garcete
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Lo siniestro acecha en la última película de Martin Scorsese desde el mismo inicio.
Con un dejo del maestro del suspenso, nos presenta un lugar que se nota que encierra muchos misterios, una isla donde funciona un hospital siquiátrico que es -más bien- una cárcel para criminales “mentales”.
El policía Teddy (Leonardo Di Caprio), llega a este lugar con su nuevo compañero, Chuck (Mark Ruffalo) para investigar la desaparición de una de las internas.
En la investigación del caso, a Teddy le asaltan flashes de un trauma del pasado. Con esos momentos, que quiebran el relato propiamente policial para entrar en otro que involucra tratar con los misterios de la mente, La isla siniestra requiere de mucha concentración.
El suspenso nos va envolviendo en una especie de laberinto mental.
¿Qué hay detrás del extraño comportamiento de los directivos e internos de ese lugar? ¿Qué tienen que ver los asaltos de recuerdos que sufre constantemente Teddy? ¿Hay salida de esa isla siniestra?
Estos son algunos planteamientos que van surgiendo a medida que la trama va haciéndose más compleja.
El elenco es impecable, con breves presencias imperdibles y Di Caprio da en la tecla con su interpretación de este policía que parece estar también atrapado en una isla mental poblada de traumáticos recuerdos.
Scorsese presenta una película que desde todos los ingredientes técnicos excelentemente realizados (desde el diseño de producción, la banda sonora, la fotografía y el vestuario), genera mucha incertidumbre. Se intuye el giro que podría dar el relato pero -de todas maneras- sorprende y el clímax golpea con las verdades develadas. Es, tal vez, una de esas películas que necesitan una segunda vista para desentrañar mejor el misterio que envuelve.
LA ISLA SINIESTRA
(Shutter Island), EEUU, 2009
Calificación: * * * * (Muy Buena).
Dirección: Martin Scorsese.
Guión: Laeta Kalogridis, basado en la novela de Dennis Lehane.
Reparto: Leonardo Di Caprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Max von Sydow, Michelle Williams, Emily Mortimer, Patricia Clarkson.
Fotografía: Robert Richardson.
Diseño de producción: Dante Ferretti.
Música: Robbie Robertson.
Duración: 138 minutos.