16 dic. 2025

Roberto Fernández (II)Tuvo ubicación y elasticidad

Con sus 1,91 m de altura tenía mucha agilidad y, sobre todo, elasticidad para llegar a los balones. Ese es Roberto Gato Fernández (54 años), quien hizo historia en el Mundial de México 1986 con sus estupendas tapadas.

El portero tuvo la suerte de jugar en una de las Ligas más competitivas del mundo antes de llegar a la cita ecuménica en la capital mexicana. Muy joven fue transferido al Deportivo Espanyol, de España, donde jugó por tres temporadas. El Gato también recordó a José Luis Chilavert (45 años) como uno de los guardametas más innovadores de la era Contemporánea, pues no solamente se limitaba a ejecutar penales, sino también anotaba con sus perfectos tiros libres. Elogió la personalidad de José Luis para sobresalir en las situaciones apremiantes.

“José Luis Chilavert es un portero que sobresalió por su fuerte personalidad. Además supo aprovechar muy bien su zurda y el golpe que tiene con esa pierna. Sus pegadas son espectaculares. Es un portero goleador, cosa que en nuestra época era algo nuevo, llamativo”, sostuvo Fernández.

Sin embargo, aclaró: “Es un portero bastante innovador que tuvo el fútbol y, evidentemente, es por ello que ganó un gran espacio. Hay que reconocer que sus condiciones físicas eran de las mejores”.

También enfatizó: “José Luis tiene mucha personalidad. Un carácter muy fuerte, pero para bien del equipo donde jugaba, y también ayudó mucho a la selección nacional. Nosotros estuvimos juntos en la selección para las eliminatorias de Italia 1990. Es muy buena gente y de vez en cuando nos encontramos en Buenos Aires”.

El paso por España

De su River Plate (El Kelito), Roberto Fernández pasó al Deportivo Espanyol. “En el Deportivo Espanyol fui cuando tenía 21 años. Estuve ahí por tres temporadas. En el segundo año tuve una peritonitis y por tres meses nada pude hacer. En la primera temporada me fue muy bien, porque salimos terceros y creo que era la segunda vez que el Espanyol llegaba a esa instancia. En el segundo año salimos sextos y jugamos la Copa UEFA (hoy la Champions League) y nos eliminamos en los cuartos de final. Nos dejó fuera, en esa época, el Feyenoord de Holanda”, relató.

Su retorno

Tras tres años de experiencia, el Gato volvió a nuestro país, pero para fichar por Cerro Porteño, el club de sus amores y con el que se identificó por mucho tiempo.

“Vine a Cerro Porteño en 1979 y estuve ahí hasta 1984, y en 1985 fui al Deportivo Cali, de Colombia. Ahí estuve tres años. Creo que, en esa época, en tierras colombianas se vivía más tranquilo. Si uno no estaba metido con los mafiosos, no había ningún problema y se andaba tranquilo por las calles. Hoy día, por el tema de la guerrilla, está todo mucho peor. En aquella época era el problema de los carteles. Dos años fuimos vicecampeones y fui elegido el Mejor Arquero”.

Además, remarcó: “Con Cerro Porteño solamente tengo dos campeonatos y el mejor es el de 1990, porque perdimos un solo partido. Sergio Markarián era nuestro técnico y el estadio en cada partido estaba lleno de aficionados”.

Ínter y Palmeiras

Fernández tuvo la ocasión de jugar con suceso en el Internacional de Porto Alegre y en el Palmeiras de Brasil. Con ambos clubes se consagró campeón regional y también ganó el Brasileirão.

“En el Internacional de Porto Alegre jugué por tres años y ahí alcanzamos el bicampeonato gaúcho. Salimos campeones brasileños en 1992, que fue después de 12 años nuevamente”, dijo.

Igualmente, explicó: “Con el Palmeiras también fuimos campeones paulistas y conseguimos además un campeonato brasileño. En el Brasil me fue mucho mejor”.

Reseñó: “El fútbol brasileño es apasionante. Tiene otro ritmo y, sobre todo, hay un gran entusiasmo de los hinchas. Se viven de una manera muy particular los encuentros. Los clásicos generan todo tipo de reacciones antes, durante y después de los partidos”.

LOS ELOGIOS. “Era un grupo bueno en todos los sentidos el plantel de México 1986. Además tenía ansias de gloria y, por sobre todo, el plantel estaba conformado por muy buenos jugadores. Es uno de los mejores seleccionados que tuvo la albirroja, después de mucho tiempo”, manifestó Fernández.

UN DT JOVIAL. “Cayetano Ré (técnico de la albirroja en el Mundial de México 86) era muy buen señor y venía de España con un profesionalismo que pocos tenían. Les hizo entender a los directivos lo que significaba jugar un Mundial y el prestigio que generaba clasificar para ese tipo de competencias. Preparó bien el grupo y llegamos”, describió Roberto Fernández.

UNA DIVERSIÓN. “Cayetano Ré era un personaje y a uno le hacía reír toda la hora, pero esa era su forma de ser. Él tenía una alegría constante, que contagiaba al grupo en todo momento. La práctica para nosotros era una diversión, porque en todo momento nos reíamos. Trabajamos con entusiasmo con él”, refirió el Gato.

UN MOTIVADOR “Lo único que me decía Cayetano, cuando se acercaba a mí, era que yo era el mejor arquero del Mundo; pero esa frase la repetía para Julián Coronel y Jorge Battaglia, con quienes trabajamos. Con esas palabras estaba en la nube y me brindaba tanta confianza. Y la verdad que nosotros creíamos. Tenía un carácter motivador muy importante”, puntualizó el ex portero de la selección nacional.

ENTRENADORES. “Siempre traté de sacar lo mejor de cada técnico. Cayetano era un entrenador que no estaba muy atado a los esquemas. Cada jugador tenía la libertad, pero sin descuidar su función. También tuve la suerte de trabajar con José Emilio Santamaría (ex jugador uruguayo y ex DT de España), con Enio Andrade (ex técnico de la selección de Brasil) y Vanderlei Luxemburgo (ex DT de la selección brasileña)”, dijo Fernández.

PREPARADOR. El Gato recordó que con anterioridad se trabajaba sin preparador de arqueros y explicó que en el Mundial de 1986 no tenían ese profesional. Dijo que Modesto Sandoval fue su primer preparador de porteros y lo recordó con mucha emoción.