La socióloga, historiadora e investigadora Milda Rivarola señaló que uno de los pocos indicadores que mejoraron desde el año pasado en gobernabilidad y democracia es la lucha contra la corrupción.
“Eso arrastró confianza en la clase política, porque el presidente subió con un discurso de campaña que es ‘caiga quien caiga’, de lucha contra la corrupción. La gente creyó eso. Eso movilizó a la ciudadanía contra el tráfico de influencias en Asunción y en el interior contra las intendencias”, reflexionó Rivarola.
No obstante, la investigadora advirtió que el Gobierno está dando pasos para atrás en su discurso inicial, con acuerdos del oficialismo con el cartismo y el llanismo, que arrojan un manto de duda sobre las condiciones del pacto. “Uno de los elementos del pacto es no molestar a tu aliado. Eso podría generar una caída grave de popularidad. Ese auge de lucha contra la corrupción, de movidas en el Poder Judicial, podría parar”, lamentó la socióloga.
Sucede que incluso la Corte Suprema renovó varios de sus hombres en este Gobierno, con la entrada de Eugenio Jiménez Rolón, Manuel Ramírez Candia y Alberto Martínez Simón, pero el pleno de la máxima instancia judicial ya mostró su sumisión al pacto cuando eligió a la llanista María Lorena Segovia como titular del Ministerio de la Defensa Pública.
“Los pactos de impunidad siempre son de impunidad para parar juicios, ralentizar procesos. La cuestión es que Paraguay tiene recesión y eso genera malestar. Normalmente se le culpa al Gobierno tenga o no tenga la culpa”, indicó Milda Rivarola.
Sobre la reforma tributaria que está planteando el ejecutivo indicó que de cualquier manera es mínimo, y “esa cuestión de impuestazo es falso”. “El Estado paraguayo está endeudándose a pasos agigantados y necesita recaudar. No se anima a recaudar de los sectores que tienen que pagar más impuestos. La reforma es mínima respecto a las necesidades del Estado”, apuntó.
 
    
     
    
    