Vivían en condiciones infrahumanas. Hacinados en medio de todo tipo de basuras; durmiendo sobre el frío suelo de una casa abandonada, cinco niños y niñas –de entre 8 meses y 9 años de edad– fueron rescatados en la madrugada del jueves último durante un procedimiento realizado por una comitiva fiscal policial y que contó con el acompañamiento de funcionarios del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (Minna), el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) y la Codeni de Luque.
El operativo conjunto consistió en el allanamiento de una propiedad, donde antes funcionaba una pizzería, en las inmediaciones de las calles Pedro Juan Caballero entre Del Maestro y San Martín, en el 4º Barrio de dicha ciudad.
Según denuncias, los menores eran víctimas de explotación laboral infantil en la zona por parte de adultos inescrupulosos, uno de ellos no indígena.
“En el lugar se podía observar una acumulación de basura, en su mayoría proveniente del consumo de cola de zapatero. Al fondo del predio se encontraron colchones donde estaban los menores de edad, las mujeres y 5 hombres mayores de edad, todos provenientes de comunidades originarias”, reza parte del informe de las representantes fiscales María Arnold de Dos Santos y Nathalia Acevedo, de la Unidad Especializada en la Lucha contra la Trata de Personas y Explotación Sexual en Niños y Adolescentes del Ministerio Público.
Las agentes intervinientes dispusieron que los menores de edad queden a cargo del Minna y sean trasladados a un albergue de manera temporal, acompañados de las dos madres que se encontraban en el sitio. También ordenaron la detención preventiva de todos los hombres mayores de edad, quienes fueron trasladados al Departamento de Trata de Personas de la Policía Nacional.
Desde la Fiscalía, indicaron que harán las averiguaciones correspondientes al estado del inmueble abandonado para luego solicitar su clausura a la Municipalidad de Luque.
La investigación se inició a raíz de la denuncia realizada a través del servicio 147 Fonoayuda del Ministerio, referente a un supuesto hecho punible de trata de personas interna con fines de explotación laboral, proxenetismo y otros, del cual resultarían víctimas menores de edad de comunidades originarias.
Sonia Moreira, de la dirección del Buen Vivir de los Pueblos Originarios del Minna, indicó que proliferan focos como estos en el Departamento Central; principalmente, en el microcentro capitalino, en la zona de la Terminal de Ómnibus, el Mercado de Abasto y en Luque, donde tiene asiento una comunidad mbyá en el barrio Tarumandy. “Existen otros focos, que es un tema de nunca acabar. En alquileres de la zona de la terminal viven en pésimas condiciones y los que lucran son los dueños”, apuntó.