El juego colectivo, político y social no es el mismo desde el surgimiento las redes sociales, “símbolo mayor de la globalización”, dice Salvador Romero Ballivián, investigador, autor y docente, director del Programa Paraguay de IDEA Internacional, desde este año.
De nacionalidad boliviana, el doctor en Sociología Política planteó en un encuentro con periodistas del país, ¿en qué y cómo puede cambiar la comunicación tras la compra de Twitter?, refiriéndose a la reciente adquisición de Elon Musk por un valor de USD 44.000 millones.
En sus palabras, este hecho genera un impacto que excede de lejos un tema económico. “Tiene incidencia en la vida de las personas, en su relación con el espacio público. Más allá, incide directamente en la democracia, y no sólo del país de la empresa”, expresó.
Por eso hay tanta expectativa sobre cómo se readecuarán las pautas de las políticas de Twitter: Influirán en cómo circulará la información, la interacción de los ciudadanos en la deliberación pública, los mensajes que tendrán legitimidad (o no) para desplegarse, explicó.
Salvador resaltó que hubo dos grandes visiones sobre el papel de esta red social. La primera, optimista, “incluso angelical”, destacó las oportunidades de una comunicación horizontal, donde los ciudadanos interactúan desde una infinitud de polos. Se vio el poder democratizador de las redes. Esto se reflejó en sucesos de transición digital como la campaña de Barack Obama en el 2008 y la Primavera Árabe de 2011.
“Luego, estamos ante una visión sombría de las redes sociales, donde se pone énfasis en las noticias falsas; la manipulación de la información; las burbujas que nos encierran en una sola perspectiva. Aunque no sepamos nada de informática, hemos aprendido sobre los algoritmos que nos llevan a los componentes más radicales de los mensajes; el hostigamiento digital. Nos dimos cuenta de que las redes facilitan la expresión de la polarización”. Los mensajes de odio, hostigamientos, linchamientos virtuales pueden ser instrumentos que polarizan, agregó.
Recordó que el punto de inflexión fue 2016, con las campañas del plebiscito de paz en Colombia, del Brexit (Reino Unido). Se acusa a las redes sociales de haber influenciado en los resultados de ambas consultas. Hay que agregar la campaña de Donald Trump (EEUU). “Desde entonces, el acento en los análisis se pone en las amenazas para las democracias”.
Las dos visiones, aunque opuestas, no se excluyen. Constituyen las dos caras de la misma moneda, de un fenómeno de extrema complejidad. Además, dijo, el modelo no ha terminado de asentarse. De manera simultánea, todos los actores están aprendiendo las oportunidades, potencialidades y riesgos de las redes sociales: Los gobiernos, los políticos, la sociedad civil, los estrategas electorales, los medios de comunicación, las empresas, etc. En este contexto, las democracias proponen regular las redes, lo que, a su vez, genera sentimientos encontrados en los ciudadanos. Por eso, es necesario reflexionar y actuar en paralelo, sabiendo que estamos en un terreno muy movedizo”, sostuvo Romero.
Las redes sociales no han terminado de asentarse, hay un aprendizaje constante sobre su uso. A criterio de Romero, “es necesario reflexionar y actuar en paralelo. Es un terreno movedizo, nadie puede decir como se van a reconfigurar las redes sociales de aquí a 5 o 10 años”. Empezaron a surgir voces que plantean cómo abordar el mundo de las redes sociales con planteamientos que van desde prohibiciones, regulaciones, o autorregulaciones de las propias compañías propietarias de las redes sociales.
Las democracias requieren de pluralismo de las fuentes. Las redes sociales deberían ser fuentes de noticias fiables, no de noticias falsas, conspirativas o rumores. “Son un megáfono gigante y de llegada instantánea y su impacto es enorme”, expresó.
Retan a los medios que deben batallar por la legitimidad. “La tarea de los medios requiere ser apuntalada. Su papel es crucial, aún más en un año electoral”, destacó.
Respecto a cuál es la posición más extendida respecto a las redes sociales, Romero dijo que hay corrientes de opinión a favor de regularlas y otras que no comparten esto.
La visión optimista de Twitter destacó las oportunidades de una comunicación horizontal, su poder democratizador.
Con las campañas de plebiscito en Colombia y del Brexit, el acento en los análisis se pone en las amenazas para las democracias.
Todos los actores están aprendiendo los riesgos y las potencialidades de las redes sociales: Gobiernos, sociedad civil, etc. Salvador Romero, IDEA Internacional.