La falta de acompañamiento efectivo de la Justicia para intervenir locales comerciales en los cuales funcionan aparatos tragamonedas sin ningún tipo de documentos o habilitación municipal fue señalada ayer por Richard Pérez, de la Coordinadora de Juegos de Azar de la Comuna capitalina.
El pasado miércoles, la Junta Municipal aprobó el aumento de 30 máquinas más en Asunción, con los que las habilitadas llegan a 3.130, con el voto favorable de 16 concejales y el rechazo de cuatro ediles, entre ellos Orlando Fiorotto, Rosanna Rolón, Álvaro Grau y Elvio Segovia.
Pérez sostuvo que difícilmente en Asunción se pueda observar estas máquinas en la vía pública, ya que quienes los explotan conocen a ciencia cierta que se torna más complicado y a veces inaplicable ingresar a esos negocios sin una orden de allanamiento.
“La norma municipal nos da potestad para intervenir e incautar las máquinas que están en las veredas o en los espacios públicos. Pero si está dentro de un comercio, ya es campo del Ministerio Público. Más que denunciar no podemos hacer. Nuestro límite es la vía pública”, lamentó.
Indicó que uno de los puntos donde más artefactos ilegales hay es el Mercado 4, donde se torna aún más dificultoso aplicar acciones para su retiro por la agresividad de quienes hacen la explotación.
“Hace dos años hicimos una intervención en Rodríguez de Francia y Battilana. Me rompieron la nariz, agredieron a mi personal y hasta me acusaron de coimero. Por todo esto necesitamos del acompañamiento efectivo de la Justicia y de la Policía para eliminar tragamonedas ilegales en ese mercado”, resaltó.
CIFRAS. En otro momento, Richard Pérez dijo que estima que en toda Asunción habría hoy 1.000 máquinas ilegales, lo que contradice los números dados en debate de los ediles, que hablan de 4.500. “Puede ser que al principio se haya tenido ese número, pero hoy serían como 1.000”, precisó.
Dijo además que anteriormente había un capitalista que dejaba los tragamonedas en los comercios a cambio de una pequeña comisión para el propietario, pero que en la actualidad son los mismos comerciantes o despenseros quienes explotan este negocio de juego de azar. “Cuando empezamos nuestras intervenciones era común hallar máquinas ajenas. Ahora los mismos dueños del comercio tienen sus aparatos. Muchas veces incautamos, pero la Justicia hace que entreguemos de nuevo”, expresó.
Concluyó que una máquina puede almacenar monedas hasta por G. 800.000, pero que ahora aparecen aparatos con más capacidad.