Tamara Celano
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A Raquel Bertrán, formar parte del sistema bancario en medio de la crisis de 1995, uno de los más importantes quiebres económicos del país, la hizo cuestionarse sobre su profesión y su rol en la sociedad, y la llevó a elegir abandonar las frías oficinas de un banco por proyectos que marquen la vida de las personas de forma positiva.
Sobre lo que en definitiva motivó su cambio profesional, Raquel comparte que trabajó durante 16 años en el sistema bancario y los últimos años su labor la realizó en un banco que estaba en cierre y que realizaba las últimas gestiones a puertas cerradas. ”Eso me llevó a replantear mi vida personal y también profesional, fui testigo de personas desesperadas que perdieron todos los ahorros de su vida, vi amenazada también mi vida. Pero, por sobre todo, me sentía parte de un esquema maquiavélico del que involuntariamente y sin conciencia fui parte de ello”, subraya Raquel.
Fue justo en esos días, mientras esperaba incluso su próxima desvinculación, que una invitación para ella y su marido, para ser voluntarios de la Fundación Dequení, la enfocó al área social.
“Quería cambiar mi vida, buscar algo en donde el trabajo que me toque hacer o realizar contribuya en beneficio de las personas, donde pueda cambiarles la vida para bien y sentir la satisfacción de ver que mi esfuerzo fue positivo en ellas, este fue mi primer desafío personal y profesional”, añade.
NUEVO DESAFÍO. A principios del 2000, como parte de la organización de la Cena del Pan y el Vino de la Fundación Dequení, sentó las bases de su nueva faceta profesional como Fundraising, profesional que busca fondos para financiar proyectos. “Me propusieron trabajar con ellos en Fundraising y yo dije qué es eso, jamás había escuchado que existiesen profesionales encargados de recaudar fondos para oenegés, dado que mi rubro era el financiero, hija de jubilado bancario, por tanto, era un nuevo descubrir”, recuerda Bertrán.
Raquel entonces se especializó en el área y abrazó el trabajo como “no solo una profesión, sino como una misión personal con mucha pasión y compromiso”, resalta.
UNA CAUSA. Antes de llegar a ser parte de Hábitat para la Humanidad pasó por proyectos en favor de niños y niñas, y fue conectando cada día más con las necesidades sociales. “La vida me llevó a conocer otra realidad, la falta del derecho a la vivienda y hábitat adecuados, muchas personas y familias enteras, viviendo en precariedad, sin un lugar donde estar protegidos, ni siquiera dónde realizar sus necesidades físicas básicas”, comparte.
Tras sumar experiencia en otras organizaciones, recibió la invitación de Hábitat para la Humanidad Paraguay, para formar parte del equipo. “Me sentía atraída por la propuesta, porque el enfoque de derecho impactaba a todos los miembros de la familia, mi trabajo podía contribuir a impactar positivamente en la vida de toda una familia”, recuerda.
Raquel se incorporó en el 2008 a la organización y actualmente lidera uno de los equipos de Fundrasing, voluntariado y comunicación.
Para ella, el desafío principal es mantenerse inspirados y determinados. Su principal motivación es continuar alzando la voz de los que no son escuchados, en pos de lograr la vivienda digna para más personas y sus familias, con protección y seguridad, refiere. Al momento de compartir sus días con ÚH para el espacio de mujeres, Raquel resalta que “hay muchas y verdaderas mujeres que día a día están luchando con muchas limitaciones para ser protagonistas y ejemplo de bien con su sacrificio, entrega y compromiso en sus múltiples roles tanto personales como profesionales; para ellas, mi admiración”.
EN PANDEMIA. En el actual contexto mundial, Raquel resalta que se están encontrando nuevos caminos con los que siguen la marcha. “Definitivamente, la pandemia nos obligó a adaptarnos, a ser resilientes a sacarnos de nuestro ámbito de confort y conocimiento para desarrollar nuevas maneras de trabajar, con enfoques participativos y de articulación como manera de optimizar esfuerzos, potenciar capacidades, estar protegidos y seguros para lograr impacto, alcance y salvar vidas”, enfatiza Raquel. Y suma para el ámbito de la humanidad toda, que “esta situación debe invitarnos a reflexionar personalmente y como sociedad, con alianzas con una mirada con compromiso ético, moral y de derecho de las personas e instituciones para superar entre todos este gran desafío global”.