Darío Bareiro Fariña
CORDILLERA
La presión ciudadana de San Bernardino obligó a la rescisión del contrato firmado en julio entre la Municipalidad de San Bernardino y Afara Salomón Carrasco, para el asesoramiento, promoción y gestión de dos emblemáticos lugares de la villa veraniega: la rotonda y la ciclovía.
Los miembros de la Junta en mayoría (de 12 concejales, participaron 10) y en una sesión extraordinaria cumplida en la víspera resolvieron: retirar la autorización otorgada por la resolución de la J.M. Nº 105/18 al intendente municipal para suscribir el contrato y, en consecuencia, disponer su rescisión.
La indignación de los ciudadanos por la forma en que se ejecutó el contrato, así como por su contenido –porque el primer pago a la Comuna por el usufructo, será recién en el 2021 y por otros puntos del contrato– desembocó en una protesta generalizada, que sin duda ejerció presión en las autoridades locales, que organizaron una audiencia pública en la víspera.
El polémico encuentro con los pobladores y sus representantes fue en el tinglado municipal de la ciudad. La audiencia pública se extendió por varias horas y los lugareños despotricaron en contra de los concejales municipales, así como en contra del intendente.
Se cuestionó a las autoridades municipales por no hacer el llamado a licitación como debió haber sido, y “la audiencia pública debió hacerse antes de la firma de ningún contrato y no después de refrendarlo”, mencionaron los vecinos.
Encendido debate. Los asistentes a la audiencia pública calificaron como una falta de respeto a la ciudadanía la determinación de sus autoridades municipales, y con cada participante los cuestionamientos iban subiendo de tono, con mayor agresividad y virulencia.
A la par, diez de los concejales se encerraron en la sala de la Junta Municipal para de inmediato, realizar la sesión extraordinaria para rever la situación, y sacar la resolución de rescisión.