En materia de política exterior, el Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez comenzó con una decisión conflictiva, tratando de marcar diferencia con su predecesor, Horacio Cartes, al restablecer en Tel Aviv la embajada en Israel, que meses antes el anterior presidente había mudado. Siguió con la crisis que desató en 2019 la firma del acta bilateral con el Brasil sobre la compra de potencia de Itaipú, que costó la renuncia del canciller Luis Castiglioni. La negociación estaba a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE).
A partir de esto, se dieron sucesivos cambios de ministros en esta cartera. En 2 años y 8 meses de Gobierno, se nombró sucesivamente a 4 cancilleres: Castiglioni, Antonio Rivas Palacios y Federico González, hasta llegar en enero de este año al 4º de ellos, el actual ministro Euclides Acevedo.
Con la pandemia quedaron en segundo plano las intenciones iniciales de una “diplomacia abierta al mundo”, de Castiglioni. De poner en marcha a una “diplomacia económica para el desarrollo” y de dirigir todo el esfuerzo hacia la recuperación pospandemia del país, que pretendía Rivas Palacios; y el dar impulso a este mismo énfasis, según declaró Federico González en su efímera gestión de 3 meses al frente del MRE.
La pandemia de coronavirus por Covid-19, declarada en marzo de 2020, obligó a concentrar toda la red de embajadas y consulados del Paraguay en el mundo, inicialmente, a una asistencia extraordinaria de 24 horas los 7 días de la semana a los paraguayos varados en el mundo, al quedar suspendidos los vuelos internacionales, cerradas las fronteras y declaradas en cuarentena los países.
Las asistencias humanitarias a compatriotas en esta fase movilizó a los funcionarios en el servicio exterior para proveerles cestas de alimentos, medicamentos, y organizar los trámites en coordinación con el Gobierno Nacional, para un lento y progresivo proceso de repatriación de numerosos connacionales desde distintos puntos del planeta. Entonces, las primeras gestiones para obtener las vacunas contra el Covid-19, aún en etapa de pruebas, estuvieron lideradas por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social. Con algunas participaciones de ciertas embajadas, como la de Rusia y los Estados Unidos. Además de trámites directos de Salud ante la OMS y la OPS que resultaron un fracaso al no funcionar, como se esperaba, el Mecanismo Covax para la provisión de los biológicos.
VACUNAS
Ante esta situación, el MRE, debió imprimir mayor empeño por medio de sus embajadores y contactos directos del canciller Euclides Acevedo con sus pares de los países donde se producen las vacunas. “Nos propusimos tres objetivos para lo que tiene que servir nuestra gestión: Uno es la salud pública, les sonará desubicado esto, pero todo lo que haga la Cancillería en primer lugar tiene que ser en favor de este tema, porque estamos en pandemia. Dos, la revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú. Tres, la reactivación económica”, resumió el canciller a ÚH sus objetivos en una entrevista publicada el 21 de febrero pasado.
En gran medida, las vacunas obtenidas hasta ahora han sigo resultado de donaciones gestionadas desde el ámbito diplomático y otras, adquiridas por el Gobierno Nacional, mediante negociaciones directas con las farmacéuticas que las producen. En 6 meses, se concretaron cinco acuerdos adicionales al mecanismo Covax para la obtención de vacunas. El servicio exterior se puso al servicio del país, como debe ser.
