La cinta dirigida por John Leonetti y guionada por Gary Dauberman, precuela de “El Conjuro”, fue retirada de la cartelera de los cines de distintas ciudades francesas. Esto se debió a los altercados que se produjeron durante la proyección, que, sin ningún motivo aparente, provocaron grupos de adolescentes, señaló europapress.es.
Según informa Metronews, las salas se niegan a seguir mostrando la película tras observar cómo sus sesiones se llenaban de adolescentes revolucionados lanzando pororó por todas partes, destrozando butacas y provocando peleas, agregó el informe de la agencia europea.
“Algunos no tenían nociones básicas de cómo comportarse”, dijo el dueño del cine Les 3 Palmes. Según el propietario, durante la proyección de la cinta “lanzaban palomitas y hablaban a gritos, llegando incluso a pasearse por la sala”.
En uno de los cines de Estrasburgo, Francia, colocaron un letrero que decía: “Por motivo de incidentes, la película no será proyectada en nuestro cine hasta nueva orden. Gracias por su comprensión”, escribió noticias.com.
EN PARAGUAY. Hansel Biedermann, directivo de Mediagroup Entertainment, dijo que el filme en nuestro país es apto para adolescentes a partir de los 16 años, y menores de esta edad pueden acudir con un adulto responsable.
“Las películas de terror atraen en gran medida al público adolescente. Obviamente si acude un niño menor de 16, aunque esté con un adulto, si ocasiona disturbios, es invitado a retirarse de la sala. Lo mismo si llora, grita o molesta de cualquier otra forma a otros espectadores”, explicó el titular de Mediagroup. Según Biedermann, es normal que los adolescentes tengan eventualmente guerra de pororó o hablen entre ellos, aunque nunca pasó a mayores, acotó.
“El público francés tiene otra historia”, dijo al respecto la licenciada Irina Villagra, sicóloga clínica especialista en niños y adolescentes: “No se puede transpolar directamente la reacción del público adolescente francés al contexto latinoamericano, o sea, creer que podría repetirse la experiencia foránea aquí en Paraguay. El público francés tiene otra historia encima y otro camino recorrido, de alguna manera eso contextualiza la reacción masiva. Sin embargo, cualquier cinta de contenido violento, agresivo, macabro y con un trasfondo sobrenatural puede generar reacciones con matices que van desde expresiones de miedo, a las de terror inmanejable, en una población vulnerable y maleable como es la adolescente. De ahí los desbordes conductuales como romper cosas o pelear”.
Por su parte, el doctor y psiquiatra, Andrés Arce Ramírez, opina que se debe destacar que “la población adolescente, que fue protagonista de los hechos ocurridos en Francia (chicos entre 12 y 15 años), es una franja frágil, sensible, y vulnerable en cuanto a los efectos sicológicos que cualquier película puede tener sobre ellos, ya sea por escenas o por la angustia que generan”.
Comentó, sin embargo, que una película sí es capaz de afectar a los jóvenes, “aún más a quienes ya tienen algún problema, por eso pueden darse fenómenos como histeria colectiva, agresividad, como sucedió en Francia, que arrancaron butacas, tiraron el pororó, etc. También hay que tener en cuenta que nuestros adolescentes están más contenidos por la familia y la sociedad”.