REDUCIR LA POBREZA. Los estrategas más actualizados y modernizados en campañas electorales suelen a lo sumo prometer su reducción sustancial. A veces no se la consigue, aunque el equipo de gobierno esté compuesto de gente capaz y honesta. Con frecuencia la pobreza permanece sin mayores variaciones. En algunos casos, su aumento es estrepitoso y lacerante. Eso pasa también en parte de América Latina/Caribe. Ejemplos desastrosos hoy son Venezuela y Argentina. El drama de ALC es que en varios países se experimentó con modelos perimidos de comunismo o socialismo ortodoxo o de populismo extremo de izquierda o derecha.
BELIGERANCIA. En otros continentes o regiones, la situación de la pobreza es igualmente dramática, como en varios países de África, en algunos de Asia, en otros del Cercano Oriente, de Arabia y de Asia del Noroeste, con el agravante que varios de ellos se encuentran en cruentos enfrentamientos étnicos o del fundamentalismo islámico o en guerra o insurrección permanente, como son los casos de Siria, Yemen, Irak, Afganistán, Pakistán, etc.
MISERIA. En otras zonas del globo terráqueo, con dimensiones continentales de países como China y Rusia, en modelos comunistas, totalitaristas e imperialistas, se encuentran territorios que aparentan zonas del Tercer o Cuarto Mundo, con niveles espantosos de pobreza extrema. Lo mismo vale para la India, la democracia más populosa del mundo. En ellos y también en los de África, Asia Menor y Meridional, es más apropiado el calificativo miseria. Segmentos importantes de su población, usualmente millones y millones de personas, no cuentan con necesidades básicas satisfechas ni siquiera parcialmente. En numerosos hogares y pueblos, son escasos bienes tan elementales como letrinas, vestimenta y techo.
RETO ACTUAL. La dificultad en la erradicación de pobreza y miseria sigue siendo un gran desafío para toda la humanidad, independientemente de los modelos económicos y políticos, que están siendo implementados, y de los continentes o zonas geográficas de referencia. Esto ocurre así a pesar de los progresos que se lograron, tanto en materia de definición de carestía, de los métodos y de los instrumentos utilizados para reducirlas así como de estudios exitosos en este loable emprendimiento, el de la reducción de la pobreza.
Al respecto hay que destacar el último Premio Nobel adjudicado a académicos e investigadores de las Universidades de Cambridge y de Harvard así como las novedades de la Fundación Paraguaya en Asunción.
RECONOCIMIENTOS. El Premio Nobel de Economía fue otorgado a Abhijit Banerjee (Bombay, 1961), Esther Duflo (París, 1972) y Michael Kremer (EEUU, 1964) “por su aproximación experimental al alivio de la pobreza global”. Hicieron contribuciones decisivas a las políticas y los incentivos para disminuirla, concentrándose en campos concretos como mejorar la salud infantil o la educación. Los dos primeros son profesores en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en EEUU. Kremer es de la Universidad de Harvard.
Martín Burt, de la Fundación Paraguaya, afirma que en este país son las políticas gubernamentales, dispersas y descoordinadas, las que producen pobreza. Cada familia paraguaya sabe qué tipo de carestía sufre. Hay que determinar las causas de la misma. “No es solamente falta de dinero. Tiene que ver con empleo, vivienda, infraestructura, salud, ambiente, educación, cultura, pero también elementos subjetivos como organización, participación, motivación”.