Robert Figueredo
CORONEL OVIEDO
La caída y destrucción total del puente sobre el arroyo Tobatiry luego de las últimas lluvias en el departamento provocan un serio inconveniente a unas 50 familias residentes en la colonia Tierra Prometida, jurisdicción de Carayaó en el límite con este distrito capital departamental.
Para los sufridos lugareños ya resulta imposible atravesar por el puente caído, ya sea en bicicleta o moto; porque en automóvil resulta impensable, pues la estructura no lo resistiría. Hacerlo a pie también representa un peligro, debido a la precariedad de la estructura de madera derrumbada.
Los habitantes de Tierra Prometida en su gran mayoría pertenecen a la comunidad Pueblo de Dios, que se fusiona en el casco urbano con las viviendas ocupadas por familias dedicadas a la actividad de campo. Estos deben pasar al otro lado del cauce del arroyo para realizar tareas agropecuarias, y con el puente destruido se vuelve sumamente delicada su situación.
al lÍmite del desborde. En los días pasados de intensas precipitaciones, el nivel del cauce subió considerablemente, imposibilitando el paso peatonal.
Pobladores del lugar han señalado que la construcción del puente de madera estuvo a cargo del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), años atrás cuando fue habilitada la colonia.
Luego de los problemas iniciales con el puente, según los pobladores, la misma institución –durante el gobierno de Fernando Lugo– desarrolló un proyecto de construcción de otro puente con estructura de hormigón; que terminó solo con el montaje de dos pilotes y nada más, matando la esperanza de mejorar sus condiciones de vida.
Los representantes del Indert mencionaron que no están en conocimiento del proyecto, pues no consta en los registros de gerencia de Obras ni otros departamentos que podrían estar involucrados.
Tremenda necesidad. Isidro Mercado, uno de los pobladores afectados y más antiguos del lugar, resaltó la tremenda necesidad de solución a esta problemática, atendiendo a la pérdida que se genera con los productos de la agricultura familiar, que no se puede comercializar por falta de puente. “Pedimos a las autoridades nacionales y departamentales priorizar la atención hacia esta necesidad”, significó don Isidro, en medio de ese optimismo positivo que caracteriza al agricultor compatriota.