En su minuta a ser tratada en la sesión ordinaria de mañana en la Junta Municipal, la concejal propone que esta medida sea efectivizada por un período de 90 días, con el fin de tomar acciones inmediatas y sostenibles tendientes a disminuir la generación y volumen de desperdicios en ambos sectores.
Asimismo, sugiere la realización de mingas ambientales, de manera a combatir y evitar la proliferación de alimañas y criaderos de mosquitos y ratas.
Por su parte, el defensor vecinal Bernardino Martínez, quien junto a sus funcionarios se hizo presente en el lugar del siniestro para reconstruir las precarias viviendas que se quemaron, adelantó que también pedirá la intervención a este contaminado punto ribereño de la capital.
“Creo que se debe hacer algo para evitar que siga entrando más gente y más basura a esta zona. Y luego recuperar esto para espacio verde de la ciudad. Porque si esto continúa de esta manera, es muy peligroso en todos los sentidos”, dijo.
Resaltó que “ancianos, niños y la mayoría de las personas desarrollan infecciones y todo tipo de enfermedades por toda la basura que les rodea. Esto ya no puede seguir así. Esto colapsó. Es una especie de bomba atómica por el gas que generan los desechos”.
RIESGO. Un humo tóxico seguía emanando ayer desde la montaña de desperdicios que se extiende a lo largo de toda la costa que rodea a la contaminada laguna Cateura y que a ratos se convertían en llamas que generaban preocupación en los pobladores.
Una potente retroexcavadora de la empresa Empo, que explota el vertedero capitalino de Cateura, se encargaba de remover toda la basura y arrojar el agua del mencionado recurso hídrico para evitar que el fuego pueda brotar de nuevo en el lugar.
El defensor vecinal asunceno informó que varios niños de viviendas incendiadas fueron llevados al refugio del programa Abrazo para atención médica y alimentación, ya que la toxicidad de la humareda desatada el pasado sábado, cuando se produjo el siniestro, les afectó en su organismo.
“Se les proveyó leche y otros alimentos. El humo fue bastante nocivo para todos. Aquí hay plástico, gas metano y otros que son muy contaminantes. Por suerte hay mucha ayuda. También llegan colchones, víveres y otros de parte de varias instituciones”, expresó finalmente.
Mi casa se quemó toda. Temí por la vida de mis hijas. Sé que es peligroso vivir aquí pero no tengo otro lugar donde ir.
Blanca Ortigoza,
afectada.