20 abr. 2024

Paraguay: Política Nacional de Empleo con trabajo decente

La crisis del Covid-19 ha tenido un fuerte impacto en la economía y el trabajo y ha puesto en relieve la necesidad de colocar la creación de trabajo decente en el centro de la elaboración de los planes de desarrollo y las políticas económicas y de recuperación, con el objetivo de contribuir a un crecimiento sólido e inclusivo que reduzca la pobreza y las desigualdades.

La creación de empleo en condiciones de trabajo decente –con remuneraciones adecuadas, cobertura de protección social, respeto a los derechos laborales y libertad sindical y de asociación y el diálogo social– es el mandato principal que impulsa la Organización Internacional del Trabajo (OIT), conformada por 187 países en el mundo.

La creación de empleo decente es clave para erradicar la pobreza y mejorar las condiciones de vida de las personas: Alrededor de 80% de los ingresos de los hogares en América Latina y el Caribe provienen del trabajo. Así al Estado le corresponde un rol importante para mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo, por ejemplo, a través de programas de empleo e intermediación laboral, capacitación y formación profesional o a través de incentivos para la integración laboral de los jóvenes. También es importante la orientación “proempleo” de la política económica, incluyendo la gestión macroeconómica y las políticas de inversión, como también las estrategias de transición de la informalidad a la formalidad.

Es así como las Políticas Nacionales de Empleo constituyen un marco institucional y una herramienta fundamental a través de la cual las instancias gubernamentales –con la rectoría del Ministerio del Trabajo– y los actores sociales, pueden trabajar conjuntamente para la generación de empleo decente, y enfrentar con éxito los desafíos de la articulación de políticas y programas a través del diálogo social.

En este contexto, el Gobierno del Paraguay ha desarrollado, en consulta con los actores del mundo del trabajo, el Plan Nacional de Empleo (2022-2026), producto de una hoja de ruta iniciada antes de la pandemia por Covid-19 y readaptada al contexto cambiante que generó la pandemia, y que tiene como objetivo fomentar el trabajo decente impulsando políticas y acciones que contribuyan a la reactivación y el crecimiento económico inclusivo y sostenido.

Desde la OIT hemos colaborado con esta iniciativa a través del intercambio de buenas prácticas, la cooperación técnica de especialistas y la facilitación de procesos de consulta. Estamos convencidos que este Plan es un instrumento necesario y novedoso, que ayudará a consolidar y coordinar las políticas públicas. De ahí que su implementación pueda desempeñar un papel crucial y protagónico en la coyuntura actual de reactivación del empleo y en una recuperación económica inspirada y basada en el trabajo decente.

Destacamos su construcción tripartita, que ha contado con el apoyo y los aportes de las organizaciones de empleadores y de trabajadores, bajo el liderazgo del Ministerio del Trabajo, Empleo y Seguridad Social del Paraguay (Mtess), en el marco del diálogo social, constituyendo así la base principal de legitimidad para su esperada exitosa implementación. Este consenso podrá auspiciar que el Plan Nacional de Empleo se establezca como una política de estado: Un pacto entre actores institucionales y sociales que trascienda los periodos de Gobierno y contribuya, con una visión de largo plazo, al Plan Nacional de Desarrollo 2030 y a la Agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, a la cual ha adherido la República del Paraguay.

Desde la OIT, en coordinación con el Sistema de Naciones Unidas, seguiremos trabajando con nuestros tres constituyentes –gobierno, organizaciones de trabajadores y organizaciones de empleadores– con la convicción de que, a través del diálogo social, será posible dar plena implementación a este amplio e integral Plan Nacional de Empleo.

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