Las pequeñas olas del lago Ypacaraí se mueven paulatinamente en una mañana fría y sin muchos espectadores en su entorno, en la playa de San Bernardino. La costa en gran parte es avanzada por malezas. El cuerpo de agua, sin embargo, es menos turbio que años anteriores y el cielo en gran parte cubierto de nubes se refleja en él. La melodía también está presente. De fondo suena Recuerdo de Ypacaraí a través la instalación artística interactiva inspirada en la guitarra del músico Demetrio Ortiz.
El agua en este lugar no presenta una bajante, a diferencia de otros importantes ríos, como el Paraguay y el Paraná. Tampoco luce el color verde como temporadas anteriores, de verano sobre todo, por la floración de algas tóxicas ante el alto nivel de contaminación. Pero el sosiego solo sería estacional.
El director nacional en Comisión Nacional de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí (Conalaypa), Renato Maas, señaló que con la instalación de estructura de control de descarga que se había implementado, el dique de geobolsas mantiene desde hace 180 días un nivel aceptable y estable, por encima del cero de la regla instalada en el Club Náutico de San Bernardino.
ANÁLISIS. El pasado martes, comentó, realizaron tomas de muestras para el control de calidad de agua. Estimó que estos estudios laboratoriales realizados en el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) estarían en 15 días, aproximadamente.
El fin es realizar un análisis físico-químico de la calidad del agua. Estas muestras, asegura, se tomaron en los arroyos que cargan al lago Ypacaraí: Yukyry, Yukyryrmí, Pirayú y Capiatá. También las tomas fueron de las principales playas, de varios puntos en el centro del lago y en varios puntos del río Salado por donde se descarga dicho recurso.
Hay ciertos parámetros que se pueden medir al instante, detalló, como el oxígeno disuelto. “Encontramos una altísima saturación, quiere decir que hay mucho oxígeno disuelto en el agua que favorece de manera considerable a toda la vida acuática, aumentan los peces, las plantas, las algas benéficas para el lago”.
Otro parámetro, indicó, es que hay una transparencia en varios puntos del recurso hídrico. “Vamos a hacer también los análisis satelitales para ver si el hecho de mantener un buen nivel del lago hace que los sedimentos orgánicos depositados en el fondo no se remuevan tanto. Cuando el nivel está muy bajo, ese lodo negro está permanentemente en movimiento y sale a la superficie”.
Indicó que los humedales también son fundamentales por su poder purificador.
OBRAS. El anterior resultado de análisis, cuya campaña fue en marzo, demostró que el exceso de fósforo y nitrógeno, principales alimentos de las algas tóxicas, continúan.
Al respecto, el director de Conalaypa manifestó que la presencia de estos contaminantes es variable dependiendo de la temperatura por lo que urge que se concreten obras de saneamiento.
“Si bien podemos mantener el nivel del lago, es urgente la implementación del sistema de alcantarillado”.
Resaltó que el 70% de toda la contaminación del lago viene de los hogares, de la falta de tratamiento de efluentes cloacales.
La promesa, actualmente, es un plan de saneamiento integral de la cuenca del lago, que comprende el sistema de alcantarillado sanitario para las principales ciudades de la cuenca.
De concretarse, se iniciaría en la primera fase por Capiatá, luego Areguá, Itauguá, Ypacaraí y J. Augusto Saldívar. La forma de financiación aún no está definida.
“Se está viendo porque el plan fue anterior a la pandemia. Estamos trabajando con el Ministerio de Hacienda para ver cuál es el espacio fiscal que tendremos en los próximos años para que el Estado se pueda comprometer en el préstamo de más de USD 100 millones, en una primera fase, para implementar esos trabajos o ver otras alternativas como alianzas público-privadas”, señaló.
Actualmente, la planta de tratamiento que sí está en etapa de ejecución está en San Lorenzo, cuyo arroyo altamente contaminado llega al lago a través del Yukyry. El avance estaría en un avance de 70%, aproximadamente.