Para monseñor Valenzuela, que durante su prédica en la misa central en honor a la Virgen de Caacupé ya se había referido al sometimiento de la Justicia al poder político y económico, volver a postular ahora a González Daher para un cargo electivo sería apañarlo y demostraría una “profunda podredumbre”.
Dijo que quiere creer que este sea el inicio de la depuración del Poder Judicial y del fin de la impunidad.
“Es la primera vez que se le sanciona así a un senador. Es un signo de que un nuevo proceso está comenzando. Un signo visible y esperanzador, aunque no sabemos cuántos más están metidos y si seguirá funcionando el mecanismo de corrupción”, expresó.
El retiro de la investidura al legislador implicado en tráfico de influencia y manipulación de la Justicia, el viernes, es un mensaje demasiado importante para toda la ciudadanía, pero principalmente para los jóvenes. “Los jóvenes tienen a la corrupción como el mal que les impide acceder a muchas cosas: trabajo, mejor educación, salud, vivienda, etc”. “Ellos saben que las personas que están metidas en corrupción, no se van a dedicar a resolver los problemas de la gente. Por eso el valor fundamental que tiene este hecho, de sancionar a un senador que utilizaba su investidura para torcer el curso de la Justicia”, resaltó. En la reciente festividad religiosa del 8 de diciembre, con presencia del presidente Horacio Cartes, el obispo había resaltado en su homilía que la Justicia no es pronta ni barata, “y además responde directamente al poder político. La balanza se inclina dependiendo del lado donde se ubica quien tiene más influencias”.