18 abr. 2024

Nutricionista en Pratt Gill

Luis Bareiro - @luisbareiro

La discusión que se desarrolló en Diputados antes de que se aprobara la ley que transfiere al Ministerio de Salud el contingente de nutricionistas, sicólogos, enfermeras y obstetras que integran la miniclínica que montaron allí reveló una vez más cuán desconectados están la mayoría de nuestros representantes de la realidad que vivimos sus representados.

Algunos estaban preocupados porque ya no habrá alguien permanentemente que los asista si tienen un infarto, por ejemplo, cuanto menos hasta que llegue la ambulancia de su seguro vip. Supongo que se referían a las odontólogas o a la obstetra. A otros les provocó un terrible remordimiento destinar a toda esa pobre gente a lugares a menudo insalubres, como los hospitales públicos. No faltó quien hablara del desarraigo que supondrá que estas personas –los integrantes de la miniclínica– terminen laborando en algún lugar alejado del microcentro, que no cuente con todos los servicios o con un shopping cercano, un lugar hostil y de alta peligrosidad como San Lorenzo o Luque.

Pese a todos esos miedos, la ley se impuso. No por un arranque de patriotismo, obviamente, sino por la creciente indignación que generaba en la opinión pública la revelación de esa pretendida dependencia médica, conformada por supuestos profesionales de la salud, que ingresaron sin concursar y con salarios que no guardan relación con su actividad.

Recordemos otra vez que casi todos los diputados gozan de un seguro médico vip –salvo la honrosa minoría que renunció al beneficio– y que perciben alrededor de 35 millones de guaraníes por mes. Pese a ello, a lo largo del tiempo, fueron dotando de más personal a esta miniclínica instalada en un sector del legislativo poco frecuentado, tanto por los legisladores como por quienes teóricamente trabajan allí.

En ese lugar se puede encontrar (en las planillas) a nutricionistas, sicólogas y hasta una obstetra con salarios de entre cuatro y nueve millones de guaraníes. De más está decir que no se trata de una dependencia operativa. Es solo un invento más de los políticos para repartir salarios. Son parientes, operadores, amigos o queridas de los diputados y diputadas que se metieron al presupuesto sin concursar y sin que nadie haya hecho la más ínfima revisión de sus antecedentes académicos. No sabemos dónde estudiaron ni en qué condiciones se recibieron.

Por supuesto que eso jamás importó porque ningún legislador cometería la locura de hacerse tratar por esa gente. Una cosa es conseguirles el zoquete y muy otra exponer la vida dejando la salud en manos del apadrinado o la apadrinada de turno.

Ahora quieren dejar el fardo en manos del Ministerio de Salud. El problema es que se mudan con el mismo nivel de salario que tenían en Diputados. O sea, que la nutricionista recibida en alguna universidad de garaje y que gana nueve millones de guaraníes deberá compartir clínica en algún hospital público con el médico que lleva ocho o nueve años estudiando y que gana cinco millones.

La única salida racional es que la carga laboral se ajuste de acuerdo con la relación de salario versus horas trabajadas en el Ministerio. Vale decir, si un médico clínico gana cinco millones trabajando en dos turnos semanales de 24 horas, una nutricionista tendría que pedir días excepcionales de 48 horas para cumplir con la carga horaria requerida. Podremos modificar las horas del día por ley o buscarles un nuevo método para cuantificar su trabajo. Si a las odontólogas de Diputados se les paga por diente, por ejemplo, debemos suponer que últimamente estaban atendiendo tiburones… lo que puede que no sea del todo falso. A las nutricionistas podrían pagarles por kilo-paciente perdido. Aunque considerando la evolución de sus últimos pacientes, su trabajo no reporta muy buenos resultados. Definitivamente, la dieta parlamentaria engorda.

Yo sugeriría, humildemente, que les asignen a esos lugares donde nos urgen patriotas de la salud. De seguro faltan nutricionistas, odontólogas y sicólogos en las periferias departamentales o en el Chaco profundo. Y si se sienten solos, que pidan la compañía de los diputados y diputadas que les inventaron el cargo.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.