El Tratado México, EEUU, Canadá (T-MEC), crucial para los tres países, une a casi 500 millones de consumidores en un mercado único que comprende cerca del 27% del PIB mundial, en una región donde el flujo comercial fue de 1,2 billones de dólares en 2019.
Pero el remozado pacto llega con las fronteras entre los tres socios parcialmente cerradas para evitar contagios del coronavirus. Además, los pronósticos del FMI muestran agudas contracciones económicas este año (-8% en EEUU, -10,5% en México y -8,4% en Canadá).
Los tres apuestan a que el T-MEC, sucesor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) vigente desde 1994, ayude a sortear las dificultades.
POSTURAS. El presidente estadounidense Donald Trump, que forzó la revisión del Tlcan bajo amenaza de retirarse si no había cambios, elogió el nuevo acuerdo como una “tremenda victoria” para los trabajadores, y se jactó de que permitiría crear “cientos de miles” de empleos.
“Para marcar este logro histórico, espero darle la bienvenida al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a la Casa Blanca el 8 de julio, para seguir nuestro importante diálogo sobre comercio, salud y otros temas centrales para nuestra prosperidad y seguridad regional”, dijo en una declaración.
Desde México, López Obrador señaló que el T-MEC “va a ser de mucha ayuda” para sacar al país de la crisis, aunque el FMI dijo la semana pasada que los beneficios del pacto no compensarán en los próximos dos años la contracción de la inversión y el choque por el Covid-19.
López Obrador, que nunca viajó al exterior en 18 meses de gobierno ni tampoco se reunió con Trump, dijo el martes que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, “estaría también”, pero hasta ahora no confirmó su ida.
En un día feriado para Canadá, su viceprimera ministra, Chrystia Freeland, aplaudió la entrada en vigencia del T-MEC luego de tres años y medio de negociaciones “que parecieron una década o más”.
“En un tiempo de tremenda incertidumbre en la economía global, este acuerdo es más importante que nunca”, dijo.
El T-MEC, promesa electoral de Trump, se revisó desde 2017. Trump se decidió acabar con el “nefasto” Tlcan, al que acusó de destruir miles de empleos.