Don Félix totaliza en la fecha 1.462 días de permanecer cautivo, habiéndose convertido en el segundo secuestro más largo en la historia del Paraguay. Sus familiares llevan mucho tiempo sin tener ninguna noticia de él, ni de conocer su situación. En la víspera hicieron un angustioso llamado, pidiendo la intermediación de organizaciones humanitarias para abrir un canal de comunicación con los secuestradores, para hacer posible su liberación.
El récord de primer secuestro más largo lo lleva el policía Edelio Morínigo Florenciano, quien cumple en la fecha 2.293 días de permanecer en manos de integrantes del EPP, desde que fue capturado durante una expedición de cacería en la zona de Arroyito, Concepción, el 5 de julio del 2014. Sus familiares no han vuelto a tener ninguna comunicación de los secuestradores desde ese año. Su madre, doña Obdulia, es la más tenaz activista por la liberación de Edelio, habiendo llegado incluso a encadenarse como método de protesta para exigir atención a las autoridades.
El caso más reciente de secuestro, por parte del EPP, es el del ex vicepresidente de la República Óscar Denis, quien fue llevado a la fuerza de su estancia La Tranquerita, en la zona de Yby Yaú, Concepción, el pasado 9 de setiembre. En la fecha se cumplen 35 días de su desaparición. Luego de unos días de silencio, sus hijas han iniciado un programa radial en una emisora de la ciudad de Concepción, con la denominación “Conversando unos minutos con papá”, buscando que el caso no sea olvidado y que se mantengan activas la movilización y la presión social para exigir su liberación.
A decir verdad, fue el secuestro de Denis el que vino a instalar de nuevo en la agenda política y mediática los casos de Edelio y Urbieta, que ya permanecían en una especie de olvido por parte de las autoridades y la misma población.
Este diario viene manteniendo en todo este tiempo un calendario recordatorio acerca de los secuestros, contando diariamente los días de cautiverio, para ayudar a mantenerlos en la memoria.
No debemos normalizar el terrible hecho de que las personas sean secuestradas impunemente por una banda armada criminal y mantenidas alejadas de sus seres queridos, sin noticia alguna, ante la ineficacia del Estado en brindar seguridad a los habitantes del país. No debemos acostumbrarnos a que no estén entre nosotros.
Hay que mantener viva la indignación, seguir movilizados en exigir cada día la liberación de Óscar Denis, de Edelio Morínigo y de Félix Urbieta, hasta que de nuevo puedan regresar con los suyos o al menos podamos saber efectivamente qué ha pasado con ellos. Igualmente, hay que exigir a los organismos de seguridad del Gobierno y del sistema de Justicia que superen su inercia y actúen con todo el peso de la ley para poner fin a esta amenaza.