En el 2011, la hermana de la ahora condenada había ofrecido a la niña trabajo en Argentina, en un restaurante; sin embargo, se fue a encontrar con algo diferente. Sonia Chávez había enviado dinero para el pasaje de ida y había recibido a la adolescente y la obligó a ejercer la prostitución.
“Llegó al local Los Tigres, al llegar la adolescente pudo constatar que el sitio no funcionaba como restaurante, sino que se trataba de un prostíbulo, que era administrado y regenteado por Sonia Chávez”, dice la acusación de las fiscalas Nathalia Acevedo y María Isabel Arnold.
Luego de un mes, la adolescente logró retornar al país, en estado de gravidez, a causa de la explotación sexual a la que fue sometida. La madre hizo la denuncia y Chávez fue detenida.
El Tribunal estuvo integrado por Romina Onieva, Ninfa Aguilar y Walter Ramírez.