Se trata de la primera institución educativa que abrió sus puertas para volver a las aulas en todo el país.
Marciano Chevugi, uno de los docentes aché del establecimiento, expone que las estrategias deben adecuarse a cada comunidad, indígena o rural, en todo el país. En el caso de los aché de Chupapou, la decisión de regresar de manera progresiva fue decisión de toda la comunidad.
“Cada contexto y cada vivencia son diferentes en las comunidades. Nosotros los aché vivimos así y otros, de otra manera. En educación no se puede meter a todos en la misma bolsa”, dice Chevugi, quien es también uno de los consejeros nacionales de educación indígena.
EL PROCESO. Las clases son semipresenciales: Asisten a la escuela dos horas dos días de la semana.
Y por ahora solo acuden los de la escolar básica, quienes son los más afectados por el cierre de las escuelas y las clases virtuales. Por las medidas sanitarias, los del inicial continúan con tareas en los hogares para no exponerse.
Los jóvenes de la educación media siguen a distancia debido a que los profesores catedráticos son de “afuera” de la comunidad.
Para los referentes de la comunidad, las clases virtuales son de difícil aplicación, debido a que los profesores no recibieron formación y tampoco se cuenta con mucha tecnología como computadoras o teléfonos celulares de alta gama en la zona.
El Chaco. Tras la experiencia de los aché, más comunidades se pronunciaron a favor de un retorno gradual, luego de las vacaciones de invierno. Así lo explicó el director departamental de Educación de Boquerón, Miguel del Puerto.
Prepararon un protocolo de retorno que esperan sea revisado por el MEC.