21 jul. 2025

Médicos dan el alta a Amillia, la bebé más prematura del mundo

Amillia Taylor, la bebé más prematura del mundo, fue dada de alta en la tarde del miércoles del hospital de Miami donde nació, “un día antes de lo previsto”, informó hoy el centro médico.

Miami, EEUU (EFE) “La bebé ha sido dada hoy de alta” en el hospital Infantil Baptist de Miami (EEUU), una vez que los especialistas en cuidados neonatales determinaron que la niña se encontraba ya “lo suficientemente sana”, dijo a Efe su portavoz, Georgina González.

Taylor, que tan sólo había permanecido 21 semanas dentro del útero materno (unos cinco meses), superó todas las dificultades y hoy regresó a casa, después de que los especialistas tuvieran que retrasar el martes el alta médica como medida de precaución.

Los felices padres declinaron hacer comentarios a la prensa y pidieron a los medios respeto por su intimidad y vida privada.

La madre, Sonja Taylor, de 37 años, tuvo que ser sometida a cesárea el 24 de octubre pasado y, pese a que los médicos que asistieron al alumbramiento tenían pocas esperanzas de que la pequeña sobreviviera, Amillia pudo superar todos los obstáculos.

La madre debía haber dado a luz en torno al 6 de marzo próximo.

Cuando nació en octubre, la niña, que cuenta ahora con 17 semanas de edad, pesaba apenas 283 gramos y medía 24 centímetros, más o menos la longitud de un bolígrafo.

Casi cuatro meses después de su nacimiento, pesa dos kilogramos y ha superado satisfactoriamente problemas respiratorios y digestivos, así como algún tipo de hemorragia cerebral.

La supervivencia de la niña es descrita por sus padres y los especialistas como de “milagrosa” y, según el registro de neonatos prematuros elaborado por la Universidad de Iowa, ha batido el récord del mundo de esta categoría.

No se conoce que ningún bebé haya sobrevivido tras un período de gestación menor a 23 semanas.

“Ella es de verdad un bebé milagroso”, destacó el lunes pasado William Smalling, especialista de la unidad de neonatos del Hospital Baptist, quien explicó que el equipo médico que lo atiende “ni siquiera sabía cuál era la presión arterial normal de un bebé" tan diminuto.

“Estoy todavía asombrada”, manifestó en una rueda de prensa el pasado lunes la madre de Amillia, quien reconoció que nunca imaginó que su bebé superaría tantas dificultades.

“Aun cuando la niña sólo pesa ahora dos kilogramos, ella me parece gordita”, destacó.

Por su parte, el padre de la niña, Eddie Taylor, reveló que puso su fe en Dios y sólo se preocupó de estar “allí, a su lado”.

Amillia Taylor ha pasado los primeros cuatro meses de su existencia en la unidad de neonatos y cuando nació no necesitó de respiración asistida e incluso realizó varios intentos por llorar.

La madre, que se había sometido a un tratamiento de fertilización “in vitro”, tuvo durante su breve embarazo varias complicaciones, entre ellas infecciones en el cuello uterino.

Estados Unidos registra un promedio anual de unos 500.000 nacimientos prematuros, aunque la mortalidad de los bebés menores de 23 semanas alcanza el 70 por ciento.