“Es una sensación inexplicable, porque cada jugador sueña con vestir la camiseta de su país. Hasta ahora cuesta dimensionar lo que fue el debut”, contó emocionado Matías a FALG (1080 AM).
“El profesor (Guillermo Barros S.) siempre me habló, que confiaba en mí, de cómo quería que juegue y que aproveche las oportunidades; siempre me demostró confianza y eso es lo más importante, que el técnico confía en uno y que se puede entrar a la cancha con toda la libertad para hacer lo que a uno le gusta”, relató el hoy jugador el Coritiba brasileño.
Seguridad plena. Mati estaba muy confiado en que le iba a tocar jugar, que esa noche iba a saltar a la cancha.
“Siempre trato de pensar así, me preparé mentalmente que iba a jugar, que debía estar concentrado y aprovechar los minutos en cancha. Jugué todas las inferiores en Olimpia por ahí, en Vasco también, pero me siento cómodo como volante por afuera. El profesor me dijo que me usaría ahí pero en mi cabeza decía que si me ponía de arquero yo iba a jugar ahí también”, acusó Galarza.
Sobre su integración, destacó la recepción de los experimentados: “Me sentí muy bien en el grupo, arropado, jugadores como Richard (Ortiz) te hacen sentir con confianza”, enfatizó Matías.