Un partido de piki vóley que se jugaba en el barrio San Blas, de la ciudad de San Estanislao, en el Departamento de San Pedro, terminó en tragedia, con la muerte de un niño de 11 años, a quien le disparó uno de los participantes de la disputa, que se suponía era de confraternidad.
La Policía identificó como autor del disparo mortal a Ignacio Benítez, que habría sostenido una discusión con los participantes del juego que, alrededor de las 23:00 horas del domingo, se seguía disputando.
Conforme a versiones de testigos, el padre del niño habría querido persuadir a Benítez de terminar con la discusión, pero sus palabras tuvieron efecto contrario; el hombre desenfundó su arma y comenzó a disparar, preso de la ira. El mediador, desesperado, intentó defenderse, levantó los brazos y recibió de refilón la bala, sin percatarse que atrás estaba su hijo, a quien le impactó el proyectil en el rostro y lo tiró al suelo.
El pánico se apoderó de los presentes y entre los gritos de desesperación, llevaron al niño herido hasta el Hospital Distrital de Santaní, donde ya llegó sin signos de vida, confirmaron fuentes del procedimiento.
Ignacio Benítez, que es capataz de una estancia ubicada en las inmediaciones, intentó huir, pero fue alcanzado por los presentes, quienes le propinaron una severa golpiza.
GOLPIZA. El sospechoso tuvo que ser llevado al mismo centro asistencial a donde llevaron los restos del niño, para ser asistido de los golpes que obligaron a los médicos a dejarlo internado.
Llegaron al sitio agentes policiales, junto a la fiscala Rusbell Benítez López, para iniciar las primeras diligencias, como levantamiento de evidencias y entrevistas con testigos.
Hasta el momento, no se encontró el arma homicida.
La fiscala Benítez ordenó la detención del presunto autor del disparo, quien permanece internado con custodia policial. Además solicitó la detención de otras dos personas, de nombre Édgar Blanco y Rosalina de González, quienes cuentan con antecedentes penales.