Fabiana Medina, fabricante de marroquinería, indicó que gracias a la cooperación técnica taiwanesa, que les brindó capacitación, empezaron a experimentar con nuevos diseños que incluyeron, por ejemplo, apliques de ñandutí en sus trabajos. “Taiwán nos ayuda, especialmente, con cursos de capacitación técnica y brindándonos espacios para la promoción y venta de nuestros productos, como en este caso, en la Expo 2022”, explicó Medina. Agregó que antes de la pandemia, se dedicaban exclusivamente a la exportación, pero luego dejaron de vender a otros países y se vieron obligados a ubicar sus productos a nivel local. Ahora apuntan a recuperar los mercados perdidos.