Luis Alberto Enriquez Gómez es uno de los rostros emblemáticos del diario Última Hora, lugar de trabajo al que asiste hace 25 años, con unos mínimos 15 minutos (a veces más) de llegada antes de su horario. Siempre de impecable traje, sigue su ritual de inicio de jornada laboral, donde su principal tesoro es su cámara, que alista paso a paso; baterías, flash y lentes especiales, si la cobertura que le toca la conoce de antemano.
La cámara es el instrumento por el cual se expresa y que le permite, muchas veces, limitarse a las palabras justas durante las coberturas; sean eventos sociales o de otra índole, ahí donde la historia se desarrolle. Lo que deja, como primera impresión en compañeros nuevos y colegas de otros medios, es la imagen de un hombre muy serio; aunque el trato cotidiano develerá más tarde un humor muy propio, con nombre y apellido; el gusto por las orquídeas, el gran cariño por sus hijos, Luis Miguel y Celeste; su esposa Felicita y sus nietos.
Fue un 21 de agosto de 1995 que Luis se incorporó a la redacción de ÚH, ya con vasta experiencia en el mundo de la fotografía; un oficio que abrazó desde muy joven, específicamente a los 10 años; edad en la que tomó sus primeras nociones en la casa de fotografías Orbe, donde permaneció hasta los 20 años. De ahí formó parte de Cartelera la Opinión, por 5 años.
Recordando sus bodas de plata en Última Hora, Luis comparte que en su primera semana obtuvo su primera foto de tapa, con una imagen de un histórico incendio en Ñeembucú, y cuenta que para esa instantánea subió un cercado y se acercó tanto que el fuego casi lo alcanza. Desde ese entonces logra detener el tiempo -y los sucesos- en una imagen; desde manifestaciones, visitas ilustres, celebraciones, asunciones presidenciales, tristes episodios y, actualmente, la forma diferente de vivir que trajo la pandemia por el Covid 19. Episodios que guarda meticulosamente catalogándolos con mes, día, año. Lo que lo convierte con especial rigor, en no solo un archivo vivo en medio de la redacción, sino en un celoso resguardo de la memoria en imágenes del diario.
En exposición
Y así, la historia de Luis Enriquez es también parte de la historia del país; entre el cambio de las décadas, las costumbres, los embates de la política, la sociedad, las huelgas y el cotidiano de actores anónimos.
Al recordar sus 25 años en el diario, compila 25 fotografías en una atípica exposición online, atendiendo a las medidas por la pandemia. La muestra disponible a través de sus redes sociales reúne imágenes que van desde la primera foto de tapa, el incendio en Ñeembucú; pasando por el largo camino de los niños en la búsqueda de una mejor educación, hasta un tranquilo Augusto Roa Bastos recién llegado del exilio. También expone imágenes del Archivo del terror, el último viaje del tren Carlos A. López, y la mayor tragedia hasta hoy vivida por el país: el incendio del Ykua Bolaños. Igualmente se destacan la visita del papa Francisco y el Marzo Paraguayo.
Y como principal fotógrafo de Sociales incluye bodas y celebraciones de las que fue fiel testigo, así como de incontables certámenes de belleza junto a candidatas a reina del Paraguay y debutantes del Centenario y otros clubes sociales. Y aunque no se pueda repasar en la muestra tantas imágenes realizadas, Luis también cuenta con un sinfín de desfiles de moda, acompañando la industria nacional, además de viajes que van desde Encarnación hasta Punta del Este, y varios destinos más.
Reconocimientos
A lo largo de su carrera realizó la exposición que denominó Sueños, con fotografías de bodas en el Centro Cultural de la Ciudad Manzana de la Rivera (200/), y obtuvo los reconocimientos de Medalla de honor al Mérito del Centro Cultural de la República El Cabildo (2013), además de Mejor Fotógrafo de Moda Intercoiffure Paraguay (2014) y Mejor Fotografía de Atardecer en la Costanera, en el concurso impulsado por la Cooperativa San Cristóbal (2014).