18 jun. 2025

Los rostros jóvenes de la Pascua

Veinte adolescentes están sentados en círculo, sobre el suelo. En el centro, acostada, una tosca cruz de madera y un vaso con vino tinto. Algunos cierran los ojos. En este clima, alguien se levanta, toma con la mano el vaso y vierte lentamente su contenido sobre la cruz, mojándola completamente, derramando hasta la última gota. Luego vuelve a su lugar. El resto, reflexiona, con los ojos fijos en la imagen: "¿Qué sentimientos afloran? ¿Qué me dice la cruz mojada con vino sobre mi propia vida?”
La dinámica forma parte de una de las jornadas de la Pascua Joven en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús. La representación, cargada de simbolismo, conmueve y dispara el debate entre los jóvenes sobre su compromiso como católicos y el significado del sacrificio de Jesús.
De acuerdo a la fe cristina, Cristo derramó su propia sangre para salvar a la humanidad. “Yo estoy lleno de esperanza, pienso que si como jóvenes vemos en Jesús esa entrega, ese amor a los demás, y si usamos su ejemplo podríamos cambiar este país”, comparte Óscar Olmedo, de 23 años, uno de los participantes.

TRES DÉCADAS. La Pascua Joven es una experiencia introducida al país por el Movimiento Juvenil Salesiano en 1976, hace más de 30 años. Algunos de los que la iniciaron, ahora ya son abuelos. En la década del 80 fue extendida a toda la República a través de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana y actualmente congrega a miles de jóvenes, entre el Jueves y Domingo Santo en todas las parroquias.
En la Iglesia de Santísima Trinidad, más de 300 jóvenes participaban ayer de la actividad. “Vengo porque me parece importante reflexionar en estos días y también porque compartimos y hacemos nuevos amigos”, comenta Julia Pintos, de 17 años. Ella no falta a la convocatoria desde hace 3 años y asegura que la actividad es importantísima para lograr una mejor integración entre los jóvenes de su barrio. En un ambiente festivo buscan revivir su joven compromiso religioso.