Desde comienzos de agosto, la fluctuación en este indicador da cuenta de siete caídas y siete incrementos, todos leves de máximo 3% hacia arriba o hacia abajo, en la cotización del petróleo.
bajada local. Un recuento de los precios internacionales del crudo y su correlación con los principales combustibles que se comercializan a nivel local (diésel Tipo III y la nafta de 93 octanos) desde inicios de año, hablan a las claras de que se impone indefectiblemente una disminución del precio final que paga el consumidor paraguayo.
En los primeros dos meses del año, por ejemplo, los valores del petróleo WTI fluctuaron entre 87,67 y 92,27 dólares el barril, con lo que en el mercado paraguayo el diésel común no alcanzó siquiera los G. 7.000 el litro; mientras que la nafta citada más arriba estuvo en G. 7.360 en todo ese tiempo.
Los niveles actuales en la cotización internacional están en un promedio que recién superó los 90 dólares el barril, pero el diésel cuesta en Paraguay desde el 28 de julio pasado G. 8.300 y la nafta 93 G. 8.560 el litro; por ello es que surge la pregunta de cómo pueden tanto Petropar como los emblemas privados retrasar la decisión de reducir los precios de sus combustibles.
Al ser consultados por ÚH, los referentes del sector privado mencionaron que aún es muy pronto este fin de mes para considerar la reducción en el precio de los carburantes más demandados, puesto que el precio internacional fluctúa de manera constante.
Particularmente, Miguel Bazán, quien es presidente de la Cámara de Distribuidora Paraguaya de Combustibles (Cadipac), dijo que la baja todavía no es suficiente para que cada eslabón de la cadena tenga margen.
Pero muchos aseguran que incluso debería establecerse una reducción de hasta G. 1.000 por cada litro, con lo que se seguiría teniendo margen de ganancia en el negocio.
