La dermatóloga Lourdes Bolla, especialista del Hospital de Clínicas y de la Facultad de Medicina de la UNA, advierte que la presencia de altos coliformes fecales o de grados de cianobacterias en los espejos de agua puede producir desde malestares o infecciones estomacales hasta infección en la piel y el cuero cabelludo.
En Clínicas se atendieron muchos pacientes que tuvieron problemas después de los chapuzones en las aguas contaminadas, pero no tienen estadísticas, dijo la doctora.
Además de enfermedades estomacales, las bacterias presentes en la polución acuática pueden traer problemas en la piel, granos o infecciones. “Hay, por ejemplo, una bacteria presente en las aguas contaminadas como la E. Coli, que es altamente patógena y produce diarreas y también infecciones intestinales si es ingerida por los bañistas”, expresa la doctora.
Afirma que la E. Coli afecta sobre todo a los niños que presentan desnutrición o son pacientes con parásitos, y que necesitan de antibióticos muy potentes para ser aliviados. El germen ingresa al cuerpo por el tubo digestivo al ingerir el líquido o mediante heridas o anomalías en la piel.
Infecciones como la diarrea pueden generar además deshidratación en las personas, por lo que se recomienda la consulta médica inmediata. “Hay otras bacterias que son muy peligrosas y que están presentes en las aguas con grandes niveles de contaminación”, sostiene Bolla.
CONTROLES. La doctora critica que las entidades encargadas de los controles en los balnearios o arroyos solo examinan el líquido al inicio de la temporada veraniega, cuando, para la especialista, deben ser más seguidos. “La polución en el espejo de agua varía demasiado según el clima, los vientos y otros factores. El agua que hoy está bien, que es apta, mañana puede amanecer diferente”.