Según Wasmosy, la historia de Itaipú empieza en la década del 60 cuando los ingenieros Zoilo Rodas y Enzo Debernardi alertan de los planes de Brasil de aprovechar los Saltos del Guairá para la producción de energía.
Explica que los Saltos eran parte de un conflicto territorial entre los dos países, que se superó con el Acta Cataratas en 1966 donde ambos acordaron que los beneficios que devinieran de los emprendimientos hidroeléctricos serían iguales para ambos países.
Pero con la firma del Tratado en 1973 hubo un retroceso con relación al Acta de Cataratas ya que se reemplazó la venta preferencial de la energía sobrante al socio a precio justo por la cesión obligatoria a precio de producción.
Según Wasmosy, fue el presidente de la firma brasileña Camargo Corrêa, el doctor Wilson Quintella, quien le propuso ser su socio en la construcción de Itaipú.
En sus memorias, el ex presidente recuerda cómo fue la formación del Consorcio Paraguayo para participar de la construcción de la represa y de las propuestas que hicieron los brasileños para que solo prestaran su nombre a cambio de una parte ínfima de las utilidades.
“A decir verdad –y para no atribuirme méritos colectivos– fui portavoz de una firme posición: ¡No, señores! Esta parte nosotros la vamos a hacer por nuestra cuenta, con nuestro equipo, con nuestro personal, corriendo nosotros con todo el riesgo”, relata
“Se nos propuso hacer de prestanombres a cambio de una buena remuneración, cobrando un porcentaje del 1% de la facturación sin participar efectivamente de la construcción. Pero escapamos con rapidez de la atractiva tentación. Procediendo de manera absoluta y totalmente ‘irresponsable’, marcamos el territorio con precisión: No tenemos interés en vender nuestra participación; ¡vamos a construir una parte de la obra!”, agregó en otra parte, y afirma que a partir de allí las negociaciones mejoraron.
Wasmosy destaca el apoyo recibido de parte del ingeniero Enzo Debernardi y su directorio, así como del doctor Ezequiel González Alsina, líder político del Partido Colorado, ministro de Justicia a comienzos del Gobierno del presidente Stroessner y luego senador, director del vocero de prensa del Partido Colorado y miembro activo del Consejo de Administración de Itaipú Binacional, a quien visitaba en el momento de las negociaciones en el hotel de São Paulo y le dijo: –Si los paraguayos no van a trabajar, el lunes no se firmará nada. No se preocupe.
En el campo de las obras electromecánicas, también esenciales para la obra, los ingenieros y técnicos paraguayos también estuvieron a la altura del desafío. Las mismas descansaron sobre el Consorcio de Ingeniería Electromecánica, CIE, adquirida por Conempa, con lo que se avanzó al ritmo de las exigencias, destaca Wasmosy.