“Tengo la información de que hay colonos brasileños que están creando el clima de zozobra. Están comprando armas automáticas. Si se trae a los de Ñacunday de golpe puede haber una carnicería”, aseguró José Rodríguez, de la Liga Nacional de Carperos (LNC), quien se encuentra en el lugar. Sostuvo que el objetivo de generar una masacre sería detener el proceso de recuperación de tierras públicas iniciado por el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert).
Agregó que un grupo de personas en moto acude por las noches hasta la vivienda de familiares del fallecido dirigente Eusebio Torres y dispara sobre la casa con el fin de amedrentar a sus ocupantes. Por este motivo un grupo de la LNC cuida en turnos el lugar. “No hay condiciones para el traslado”, aseveró.
Antonio Pereira, de la localidad de Laurel, indicó que si traen a los sintierras sucederá algo más grave que la masacre ocurrida en el 2012 en las tierras de Marina Cué. “Allá en Curuguaty la gente se mató por tierra ajena; imaginate qué va a pasar por la tierra propia. Creo que va a ser peor”, dijo. Afirmó que 3.000 ha., de las 4.100 ha. de la colonia están ocupadas legalmente.
El intendente Itakyry, Hugo Barreto, también conoce las versiones de un posible enfrentamiento. “Creo que es muy preocupante, pero nadie dice públicamente nada. Podría ser que esa gente se endurezca y luche por lo suyo. Ojalá que no”, puntualizó.
El Indert busca recuperar 3.100 ha. de tierras fiscales no tituladas en manos de personas no sujetas de la reforma agraria. Tomó posesión de la colonia vía judicial, y reubicará a los carperos de Ñacunday en las parcelas libres la próxima semana.