Todos los presos merecen una vida digna y un lugar de custodia donde se respeten sus derechos humanos. Lo grave no es que un interno de una prisión pueda gozar de una habitación cómoda, sino que esto sea producto de sobornos a funcionarios y que, a unos pocos metros, la miseria se apropie del resto de la masa penitenciaria. Las celdas vip son solo la cara más visible del gran negocio ilegal que representa el sistema penitenciario y que está directamente vinculado con el crimen organizado.
En la mayoría de los casos detectados en los últimos años, los presos por narcotráfico y delitos transnacionales son quienes se benefician con el colapso del sistema penitenciario. En octubre, otra celda vip fue desmantelada en Tacumbú. Fuentes penitenciarias indicaron a este diario que para residir en el lugar se cobraba la suma de 10.000 dólares americanos a modo de entrega y después el costo semanal es de un millón de guaraníes.
Olga Blanco, quien actuó de interventora del penal de Tacumbú entre los años 2011 y 2012, sostuvo hace unos meses que solo en esta cárcel el mercado negro recaudaba unos 1.500 millones de guaraníes al mes. Las condiciones de sobrepoblación y debilitamiento institucional han empeorado en todo este tiempo. Grupos criminales como el Primer Comando Capital y el clan Rotela están presentes en casi todas las cárceles del país y la disputa de poder entre ambas facciones ya desencadenó varias masacres y motines en lo que va del año.
Detrás de la corrupción y el copamiento de las cárceles por parte del crimen organizado están las causas estructurales de la crisis penitenciaria: el abuso de la prisión preventiva, la morosidad judicial, la falta de infraestructura y el abuso sistemático de los derechos humanos. Quizás el peor de los problemas sea la falta de voluntad política de los diferentes poderes del Estado. Cecilia Pérez Rivas asumió como ministra de Justicia hace unos días. Es la tercera ministra de Justicia de este Gobierno. La funcionaria afirmó que habrá cambios en el Ministerio y en las cárceles. Sin embargo, una ministra no podrá hacer mucha diferencia si el Poder Judicial y el Congreso no acompañan las medidas necesarias para solucionar esta crisis.
Hasta tanto el drama de las cárceles no sea visto en toda su magnitud por las autoridades públicas y la ciudadanía, el crimen organizado seguirá gozando de celdas vip, vendiendo drogas dentro y fuera del penal y beneficiándose de esta podredumbre institucional.