Twitter, Instagram y Facebook son tres de los medios elegidos para comunicarse por el político del Partido Nacional (PN, centroderecha), que en un mundo plagado de tecnología y modernidad hará un guiño a sus ancestros el primer día de su mandato.
Amante del surf, un deporte que le llevó a surcar las aguas de varios países, Lacalle Pou aprovecha muchos de sus ratos libres para practicarlo.
Esta vez, y con las mismas ganas que se sube a la tabla, el nuevo presidente aborda hoy un Ford V8 de 1937 que perteneció a su bisabuelo Luis Alberto de Herrera para desfilar entre el Palacio Legislativo, donde prestará juramento ante la Asamblea General, y la Plaza Independencia, donde recibirá la banda de manos del actual mandatario, Tabaré Vázquez.
Ese vehículo es el mismo que usó su padre, Luis Alberto Lacalle Herrera, cuando asumió como jefe de Estado en 1990.
SOBRE RUEDAS. Durante su campaña electoral, Lacalle Pou circuló en una camioneta Toyota SW4 que lo trasladó por los 19 departamentos del país, algo similar a lo sucedido tiempo atrás con su bisabuelo, una de las principales figuras históricas del PN, tanto que dio lugar al herrerismo como corriente en la formación “blanca”.
Herrera, quien entre 1925 y 1927 integró el Consejo Nacional de Administración, un órgano que trabajaba en paralelo con el Poder Ejecutivo, era propietario de un Ford V8 con 85 caballos de fuerza, en el que se desplazaba a todos lados.
Según cuenta Luis Alberto Lacalle Herrera, su abuelo utilizó ese automóvil hasta que murió, e iba a trabajar en él cuando fue consejero del Gobierno entre 1955 y 1959.
“A veces se metía de contramano (dirección contraria)”, señala el padre del presidente electo, recordando que los viajes de su abuelo en el auto eran algo folclórico en Montevideo y la gente al ver-lo pasar exclamaba: ¡Ahí va Herrera!
Ahora, quien se subirá al viejo automóvil verde para dar su primer paseo como presidente, cargo que ya conoce por tradición familiar y en el que intentará seguir los pasos de sus antepasados será Lacalle Pou, el mismo que inaugurará en el Ejecutivo uruguayo una era hasta ahora desconocida.
REDES SOCIALES. Hasta el momento, los dos presidentes de Uruguay que coincidieron con la existencia de las redes, Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020) y José Mujica (2010-2015) no tuvieron cuentas personales ni oficiales en redes sociales. En el actual período de Gobierno, Vázquez optó por la página oficial de Presidencia y las ruedas de prensa para hacer algunos anuncios, algo que podría cambiar en los próximos cinco años. De hecho, en estos meses de transición desde su victoria en noviembre, Lacalle usó las redes para informaciones importantes.
Lacalle Pou llegó a Twitter en 2010 con algunas dudas sobre cómo iba a adaptarse a esta red. “Tuve que hacer una cuenta ya que algún gil (tonto) o malintencionado la hizo por mí. Veremos si me acostumbro a esto”, escribió, molesto, ya que una persona creó una cuenta con su nombre.
Con el paso del tiempo, el próximo mandatario de Uruguay se adaptó, al punto que, 9 años después, superó las 26.000 publicaciones y tiene más de 210.000 seguidores.
La red social del pajarito también permitió a Lacalle Pou dialogar con figuras internacionales, algo que, por ejemplo, hizo el pasado 28 de noviembre cuando fue felicitado por algunas tras conocerse su victoria en los comicios. Ese día intercambió mensajes con Jair Bolsonaro, con Juan Guaidó, con Mauricio Macri, con Alberto Fernández, con Martín Vizcarra, con Mario Abdo Benítez, con Salomé Zourabichvili y con Mike Pompeo, entre otros. A lo largo de estos años, el presidente electo compartió muchas fotos familiares, de encuentros políticos, de actos en campaña e incluso una de una bandera de Venezuela con un mensaje en apoyo a los millones de venezolanos que resistían el régimen autoritario de su presidente, Nicolás Maduro. A partir de hoy, Lacalle Pou tendrá mucho material para compartir sobre el trabajo que hará al frente del país hasta 2025 y los uruguayos podrán verlo en las redes sociales, un elemento del siglo XXI al que ya casi nadie es ajeno.